Balas de plástico contra el presidente y la caída de otro ministro

Foto: ČT24

Dos hechos marcaron la agenda noticiosa de la semana: el atentado con una pistola de plástico al presidente Václav Klaus y la crisis en el Ministerio de Trabajo. Pero también la Semana de la Arquitectura, que tuvo al afamado Ricardo Bofill como invitado estrella y una eclosión de diseño español en la capital checa.

Foto: ČT24
El presidente checo, Václav Klaus, honraba el pasado viernes en Stará Boleslav al príncipe San Venceslao, patrón checo, en el día y el lugar en el que fue asesinado en el siglo X.

Poco después, el propio Klaus fue objeto en la localidad de Chrastava, cerca de Liberec, de otro atentado.

Pero uno extraño, extravagante, e incluso de tintes ridículos. Aunque lo ocurrido en Chrastava no es ninguna broma.

Un hombre de 26 años vestido con ropa de camuflaje se acercó hasta el presidente mientras saludaba a los ciudadanos en la inauguración de un puente, y le disparó a centímetros de distancia en el brazo derecho. En lugar de balas, de su arma salieron siete bolitas de plástico.

Dentro de la confusión inicial, lo principal era que evidentemente el presidente no estaba herido.

Mientras, su escolta personal continuaba impertérrita a su lado, demostrándose inútil y sin capacidad de reacción. El atacante se alejó sin que nadie lo impidiera, aunque minutos después fue detenido por la Policía.

Al presidente Klaus le preguntaron por el incidente, pero al principio no era capaz de reaccionar al susto y al enfado que demostraba.

“La gente está loca y por desgracia también hay alguno crispado”.

Poco después agregó Klaus, refiriéndose al atacante: “Le hubiera dado un par de guantazos, pero por desgracia no he tenido oportunidad”.

El atacante había utilizado un arma de aire comprimido de poca presión, de las que se utilizan en airsoft, un deporte de simulación militar. Su aspecto es como el de una pistola real, pero los guardaespaldas que caminaban junto al presidente no llegaron apenas a verla.

El ‘pistolero de plástico’ se jugó la vida, dicen los expertos, porque una de las reacciones normales de los guardaespaldas podría haber sido dispararle.

Después, ni siquiera le persiguieron hasta detenerlo o evacuaron al presidente Václav Klaus, que pasó un control médico solo tres horas después del incidente. Las bolitas de plástico apenas le hicieron rasguños en el brazo.


Vladimír Šiška,  foto: ČTK
En poco más de dos años de gestión, Jaromír Drábek se convierte en el décimo ministro que se ve obligado a abandonar el Gobierno de Petr Nečas. Del equipo inicial tan sólo quedan cinco ministros, incluyendo al jefe del Gobierno.

Siguiendo órdenes de la Fiscalía, oficiales de la Policía Anticorrupción detuvieron el lunes a Vladimír Šiška, primer viceministro de Trabajo y Asuntos Sociales por sospechas de corrupción.

Drábek trató de salvarlo. Primero dijo que era un ataque político de cara a los próximos comicios, después aseguró que se trataba de una venganza orquestada por una empresa interesada en licitaciones ministeriales, pero nada ayudó y 48 horas después Drábek se iba en retirada.

“Tomando en cuenta los últimos acontecimientos, decidí dimitir al cargo de ministro de Trabajo y Asuntos Sociales a partir del 31 de octubre. Escogí esta fecha para entregar a mi sucesor la cartera en el mejor estado posible”.

Vladimír Šiška llegó al ministerio gracias a su amistad con Drábek, fue su hombre de confianza, su mano derecha y consiguió un poder sin límites dentro del Ministerio.

Šiška es sospechoso de ofrecer a la empresa OKsystem licitaciones por unos cuatro millones de euros a cambio de su silencio. Resulta que esa empresa estaba encargada de los servicios informáticos del Ministerio, pero el viceministro decidió firmar contrato con otra sin convocar una licitación pública.

Lo ocurrido perjudica enormemente al Primer Ministro Petr Nečas, cuyo Gobierno trata de vender los éxitos de una supuesta férrea campaña de lucha contra la corrupción.


Ricardo Bofill,  foto: Reexporta,  Creative Commons 3.0
El arquitecto español Ricardo Bofill se deshizo en elogios para Praga con motivo de su charla en la Semana de la Arquitectura, que tuvo lugar en la Biblioteca Técnica Nacional este miércoles.

Praga es, según Bofill, “la mejor ciudad de Centroeuropa, sin ninguna duda”. Destacó su centro histórico medieval, su arquitectura barroca de influencia alemana e italiana, y la personalidad que le da el río y el Castillo.

“Ni siquiera los barrios periféricos, los suburbios, son tan agresivos o feos como en la mayor parte de ciudades que pasaron por el comunismo”, dijo. Pero en adelante, el desarrollo urbanístico y paisajístico de Praga debería hacerse en base al río, explica.

“Yo creo que la gran aportación, difícil, a la que no se atreven los políticos, las asociaciones, los ecologistas, etc., es el río. Es el que marca la ciudad. Ya se trató en el pasado, al igual que el centro. Por lo tanto, históricamente se ha tratado y se ha sabido tratar. Pero habría que ir más lejos. Las ciudades tienen mar o tienen río. Si no tienen ni mar ni río les falta algo. Y Praga tiene este río fantástico que además serpentea, pasa por colinas distintas y que tiene paisajes muy distintos y que permitiría hacer un trazado realmente colosal donde podría haber jardines y donde la nueva Praga se podría ir desarrollando de una manera inteligente”.

Ricardo Bofill ha dejado su huella en Praga en el barrio de Karlín, en donde remodeló el Corso Karlín. Además, ahora tiene en marcha otra remodelación de un edificio emblemático no solo arquitectónicamente, la Biblioteca Václav Havel, que comenzó el año pasado, en un proyecto iniciado por el propio ex presidente.

La Semana de la Arquitectura se prolonga en realidad durante todo el mes de octubre en Praga. Otros arquitectos, como el peruano Javier Artadi, o los mexicanos Javier Sordo Madelano padre e hijo llegarán en los próximos días para aportar sus propias ideas y experiencias sobre el desarrollo de las ciudades en los tiempos que corren.


Praga ha sido durante toda la semana epicentro de una gran variedad de actividades relacionadas con el diseño internacional. A la semana de la moda y el diseño titulada DesignBlok, que concluía este domingo, se sumaron dos muestras con marcado acento español: ‘Bravos’, que se inauguró este miércoles en el Museo de Artes Decorativas de la capital checa, y ‘Desigñ’, que abrió sus puertas el martes, en el Instituto Cervantes de Praga.

El objetivo de esta muestra es exponer con ejemplos lo variado del diseño español e ilustrar su ramificación por el mundo. El comisario de la exposición, Ramón Úbeda, no pudo viajar a Praga, pero en su representación habló la diseñadora Pepa Reverter, que participa con un trabajo en la exposición.

“Pues son cien proyectos variopintos que pertenecen a ámbitos muy distintos. Te encuentras a profesionales del diseño gráfico, del diseño industrial, de la ilustración, etc. Los cien proyectos que hay en la sala o el diseñador es español o la empresa es española. Siempre se ha buscado que los cien proyectos tengan un tándem con España y con el exterior de España, los países extranjeros”.

¿Y por qué ese nombre tan extraño, Desigñ, que apenas puede pronunciarse?

“Desigñ. Pues es un juego de palabras porque realmente es muy difícil de pronunciar. Es un juego porque la letra eñe es uno de los símbolos del alfabeto español más característicos y que no está en otros idiomas. La eñe simboliza España, simboliza el país. Es como un juego que simboliza España y la palabra diseño en inglés”.

Se trata además de la primera exposición que le tocó inaugurar al nuevo director del Instituto Cervantes, Ramiro Villapadierna, quien destacó el gran nivel que vive el diseño español en la actualidad, una eclosión de creatividad en medio de la crisis, como señaló.

La exposición ‘Desigñ’ estará en cartelera hasta el próximo 12 de enero, en el Instituto Cervantes de Praga.