Balada para un bandolero
Nikola Šuhaj era un famoso ladrón que robaba a los ricos para regalárselo a los pobres. Su historia la cuenta uno de los musicales checos más populares titulado Balada para un bandolero. La obra surgió como una pieza teatral en los años setenta del siglo pasado y en 1978 fue estrenada su versión fílmica que realzó su popularidad.
“Mataron, mataron al hombre de Koločava. Diga, sepulturero, ¿dónde está enterrado? Había y no hay, cuervos en el cerco, había vino en el barril, ahora habrá agua en él. No está, no está por aquí”.
“Mal lo mataron, mal lo enterraron, los lobos se lo comieron, los pájaros lo picotearon. Grazna el cuervo viejo y no dejará de graznar, mientras en Koločava un solo hombre vivo va a estar”, prosigue una de las piezas más conocidas del musical.
No pudo morir de un tiro, murió a hachazos
La historia comienza cuando Nikola y un amigo suyo regresan del frente y por el camino duermen en la cabaña de una mujer que les da de beber una pócima gracias a la que se hacen inmortales a las balas, así que nadie puede matarlos de un tiro. Y así es realmente: el bandolero al final muere a hachazos.
“Ando a lo largo y a lo ancho, no veo a nadie. Alguien me matará o a alguien mataré yo”, canta despreocupado Nikola Šuhaj al principio de la historia.
El hombre regresa del frente a su aldea natal de Koločava donde vive su novia Eržika. Después de la guerra, una gran pobreza afecta a Koločava y Nikola Šuhaj pasa a ser bandolero que roba dinero a los ricos para dárselo a los pobres y siempre logra huir de los guardias.
“¡Vamos, muchachos, vamos a robar, habrá comida y bebida! ¡El que tenga miedo que se quede en casa y ponga a pastar a las ovejas!”. Esa es la simple estrategia clara de la pandilla liderada por Nikola Šuhaj.Como hemos dicho, la obra termina de manera trágica. Los compañeros de Nikola Šuhaj se dejan seducir por la recompensa ofrecida por su cabeza y uno de ellos lo mata a hachazos.“La vida de los bandoleros es dura. O te matan tus compañeros, o te meten en la cárcel o te ahorcan”, constata Nikola y sigue:
“Decidle a mi madre, por Dios, que no me prepare la cena. Ni la cena ni el desayuno, que estoy golpeado y atado. Decidle que me prepare un par de camisas, una de batista y la otra de lino blanquecino. Con la primera estaré en el calabozo y con la segunda me ahorcarán. No me ahorquen en robles, donde me comerían los palomos. Ahórquenme en un abeto, cerca del lugar adonde suele ir mi novia a por agua. Cuando vaya a recoger el agua, podrá espantar a los cuervos”, canta el bandolero.