Angela Merkel en Praga, trifulcas de Gobierno, malbec y La Shica
La visita de la canciller alemana, Angela Merkel, marcó la agenda noticiosa de la semana. Eso y también los problemas de escándalos y corrupción que amenazan la estabilidad del Gobierno, la restauración de la biblioteca barroca del Klementinum, el Día del Malbec y la actuación de la talentosa artista española La Shica.
En los días anteriores desde Alemania ya se dijo que no presionarían a la República Checa para que firme el pacto fiscal europeo y respeta su posición.
Chequia es uno de los dos únicos países de los Veintisiete, junto a Gran Bretaña, en no ratificarlo, pero eso no preocupa a Merkel, aseguró en Praga.
Para Alemania es en todo caso más importante la firma de los países de la eurozona. Petr Nečas coincidió con la opinión de Angela Merkel.
“Independientemente de si hemos o no hemos firmado el pacto fiscal europeo, cumplimos con lo fundamental que en él se establece. Somos como un signatario encubierto”.
Angela Merkel no hizo sino recordar cuán unidos están los dos países y se necesitan especialmente en ese ámbito, y de nuevo remarcó que respetan posturas distintas.
Las tensiones aumentan constantemente dentro de la coalición al igual que la pérdida de confianza del electorado en el tripartito.
Esta semana se reanudó el juicio por corrupción contra Vít Bárta, presidente del grupo parlamentario de Asuntos Públicos.
Las grabaciones con diputados tránsfugas que hablan de sobornos y corrupción dentro de esa formación aparecen sin cesar y la paciencia se agota.
“Si quieren comportarse de esta manera, que cojan sus grabaciones, sus escándalos, a su Kristýna Kočí, Škárka, Jarolím y no sé cuántos más de ellos y se vayan a donde les plazca”.
Más o menos de esa opinión son ya más de la mitad de los checos, según un sondeo realizado por la televisión estatal.
Aunque hay que recordar que el descontento popular no es algo propiciado solo por los escándalos en Asuntos Públicos.
En total han sido siete los ministros que han dimitido desde el nombramiento del Gabinete, algo que ha afectado a los tres partidos, y una buena parte de ellos envueltos en escándalos de corrupción.
Su restauración, que forma parte de la importante rehabilitación del antiguo seminario jesuita, concluyó hace un par de días.
Irena Maňáková, de la Biblioteca Nacional, describe los trabajos que han sido efectuados en los últimos dos años.
“Fueron restaurados los estantes de madera, ventanas y puertas, entre otras cosas. Para poder llevar a cabo la restauración, tuvimos que sacar todos los libros antiguos, más de 27 mil volúmenes en total. Ningún empleado de la Biblioteca Nacional recuerda que se hubieran vaciado los estantes de la sala, fue una operación única en su larga historia”.
Según Irena Maňáková, prácticamente todos los libros necesitarían un tratamiento más profundo, no obstante, serán restaurados sólo algunos de ellos por falta de tiempo y de recursos financieros.
Devolver todos los libros a los estantes fue una tarea difícil ya que algunos de ellos pesan hasta siete kilos y todos tuvieron que regresar a su lugar para no alterar el orden de la antigua biblioteca, creada en el año 1727.
El empresario vitivinícola argentino Luis Schroeder, de la bodega Familia Schroeder, quien estuvo presente en la celebración checa, dijo que en su país, el malbec es la uva más emblemática y se planta prácticamente en la casi totalidad de su vasto territorio.
La fiesta del malbec se celebró por adelantado en Praga y en ella participaron todos los importadores y distribuidores checos de este vino, más algunos empresarios vitivinícolas venidos del extranjero.
Flamenca, rockera, rapera, funky, coplera, y sobre todo una gran sin vergüenza positiva y divertida que rompe esquemas y cautiva a la audiencia, La Shica encandiló al público el miércoles, en el teatro Archa capitalino.
En la República Checa ya la conocen bien, porque sus dos visitas anteriores son recordadas tanto por el público, como por la propia cantante, como ella misma contó en entrevista con Radio Praga.
La Shica nació un día de repente para que Elsa Rovayo se encontrara a sí misma. Encontró su voz y dejó los tablaos flamencos donde se ganaba la vida intentando bailar como marcan normas demasiado estrictas para alguien así.
Se rapó la cabeza para que no pudieran ni tentarla a aceptar ofertas para bailar, se pidió un crédito y apostó valientemente por su carrera en solitario, donde podía dar rienda suelta a toda su creatividad y espontaneidad.
Querida y valorada por un gran número de músicos en España de toda clase de estilos, si se le pregunta por la opinión que pueden tener los puristas del flamenco, su respuesta es clara: “Yo no soy purista”.
