Alumnos checos y españoles unidos por las matemáticas

Foto: Instituto bilingüe hispano-checo

El proyecto de colaboración ‘Matemáticas para viajar a las ciudades (in)visibles’, entre un centro de secundaria de Brno y otro de Galicia, en España, les ha valido a los participantes un sello de calidad europeo. Gracias a este trabajo los estudiantes, que han usado en todo momento el español como lengua vehicular, han aprendido algo más sobre los monumentos de la UNESCO situados en ambos países.

Foto: Instituto bilingüe hispano-checo
Para los estudiantes de segundo año del instituto bilingüe español de Brno-Bystrc, el castellano y las matemáticas no fueron el curso pasado meras asignaturas encerradas en los libros, sino conocimientos vivos que tuvieron que poner en práctica y con los que vieron ampliados sus horizontes.

El detonante fue el proyecto de colaboración emprendido entre este centro y el instituto de secundaria Viaño Pequeno, en la región española de Galicia. Con el nombre de ‘Matemáticas para viajar a las ciudades (in)visibles’, los estudiantes de ambas escuelas, de entre 14 y 15 años de edad, se adentraron conjuntamente en la historia y arquitectura de seis ciudades checas y seis españolas, todas con algún monumento declarado patrimonio cultural por la UNESCO.

El resultado, accesible en Internet, les ha valido a ambos centros un Sello de Calidad de sus respectivos países y otro de nivel Europeo. Este galardón les ha supuesto la puerta para que el proyecto compita en los Premios Europeos, lo que daría a los muchachos checos y españoles la posibilidad de asistir a un campamento juntos.

El trabajo realizado se basa en la descripción de estas ciudades y sus monumentos resolviendo problemas matemáticos, y conjugando los números con disciplinas como la astronomía, el cine, la literatura o las artes plásticas, entre otras. Una de las organizadoras del proyecto, la profesora del bilingüe de Brno Olga Martínez Cancelas explica el por qué de este particular punto de vista de las matemáticas.

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“Es otra forma de ver las ciudades. Es una excusa, ya que las matemáticas a todo el mundo parece que es la asignatura que le cuesta. Quizá sea una forma más atractiva de encontrar aspectos matemáticos en cosas que están a nuestro alrededor. Todos caminamos por la ciudad paseamos, vemos objetos, su arquitectura, y a veces no pensamos que en todo eso están las matemáticas implícitas”.

En el proyecto, los estudiantes, además de explorar y describir los lugares seleccionados, crearon en común su propia ciudad imaginaria, todo a través de la plataforma e-Twinning, un sistema on-line para facilitar la colaboración entre centros de enseñanza europeo como parte del programa Comenius.

Olga Martínez destaca la flexibilidad de la plataforma a la hora de adaptar sus características a su propuesta.

“Es un espacio que tiene una serie de herramientas de colaboración, como foros. Tiene un chat también. Y luego se puede configurar de manera que según las actividades que uno diseñe para el proyecto en concreto se pueden incorporar otras herramientas que permiten también que los alumnos trabajen en colaboración. Por ejemplo en nuestro caso utilizamos una Wiki, que ellos editaban en clase”.

Foto: Instituto bilingüe hispano-checo
Además del e-Twinning, los estudiantes utilizaron otras herramientas, como traductores electrónicos o programas de telefonía, lo que permitió una relación fluida con su contrapartida del otro lado. De hecho el gran aliciente del proyecto era el uso del español como lengua puente, el hecho de crear algo conjuntamente con chicos nativos de la misma edad.

Aunque los alumnos del instituto bilingüe, por estar en el segundo curso, no tenían un nivel demasiado alto de castellano, la colaboración funcionó fluidamente gracias al esfuerzo del centro, explica Olga.

“Había algunas tareas que para ellos aún eran algo difíciles, porque están empezando y el conocimiento de la lengua no es tanto, todavía no saben lo suficiente para trabajar conceptos matemáticos muy profundos. Para algunas tareas les proporcionábamos material también en checo para ayudar, para que ellos no tuvieran tantas dificultades”.

Sin duda, además de los contenidos lingüísticos, matemáticos o culturales, en el balance del proyecto destaca sobre todo la dimensión humana de la colaboración, el asomarse a una realidad diferente, prosigue Olga.

Foto: Instituto bilingüe hispano-checo
“Para los checos por el contacto con estudiantes nativos. Han podido con ellos también intercambiar opiniones a través del Skype. Esas videoconferencias han sido también bastante emotivas y divertidas, porque están aprendiendo, y a veces se equivocan. Y ahí es interesante ver el apoyo por parte de los españoles. Ha sido sobre todo interesante por ver ese contacto. Que aunque son realidades muy distintas y muy lejanas geográficamente, se pueden acercar a través de estos medios con los que hoy contamos”.

Este descubrimiento también se dio por la parte española, pero no solo por el lado cultural, sino también por el socioeconómico, o el simple contraste campo-ciudad, según señala Olga.

“Bueno, y para los estudiantes gallegos yo creo que ha sido una experiencia muy interesante, porque este es un centro rural, está cerca de Santiago de Compostela, pero a unos 20 km. Es una realidad muy diferente a la que tienen estos estudiantes de Brno, que estudian en un instituto bilingüe, que son chavales de un entorno social y cultural muy diferente del que puede tener un alumno en un pueblo en Galicia”.

Ahora, mientras esperan la decisión de los Premios Europeos sobre galardonar o no el proyecto, las dos escuelas planean proseguir con la colaboración también este año, aunque esta vez de forma más ambiciosa y a una escala mayor, subraya Olga.

Foto: Instituto bilingüe hispano-checo
“Sí que nos gustaría continuarlo. El año pasado en un principio, cuando pensábamos en hacer el proyecto, barajábamos la posibilidad de trabajar con más institutos en distintos países. Nos parecía muy interesante. Pero luego por temor a que se nos quedara demasiado grande y no poder organizarlo bien preferimos hacerlo solo entre dos centros. Y eso es lo que nos gustaría este año cambiar. Nos gustaría volver a lanzarlo, seguramente en febrero, y pedir a través de la plataforma de twinning la colaboración de más socios, de países diferentes, que también estén estudiando el español, de manera que las ciudades que se incorporen nuevas también cumplan el mismo criterio: que estén en la UNESCO, que tengan algún monumento citado por este organismo”.

Las ciudades invisibles que los estudiantes sacaron a la luz fueron Brno, Český Krumlov, Lednice, Praga, Telč y Zďar nad Sazávou en la República Checa y Barcelona, Granada, Madrid, Santiago de Compostela, Toledo y Valencia en España.


Descripción del proyecto en el portal e-Twinning