Usuarios inconformes con cambios en el transporte público
El transporte urbano cambiará por completo a partir del 1 de septiembre en Praga. Fuentes del Ayuntamiento capitalino aseguran que se trata de un cambio revolucionario que busca modernizar el sistema y ahorrar recursos a las arcas del Estado. Para los especialistas en transporte los cambios son precipitados y temen que perjudicarán a miles de usuarios del transporte público.
El vicealcalde de Praga 4, Jiří Bodenlos, uno de los mayores municipios capitalinos, considera que no se ha hecho una buena campaña para informar a los viajeros.
“Considero que la campaña informativa es insuficiente, por lo que nos vimos obligados a publicar un pequeño folleto explicativo que entregamos a unos 70.000 hogares de Praga 4”.
Al igual que el vicealcalde Bodenlos, funcionarios de varios municipios de Praga expresaron que introducir los cambios para el primer día de clases no es una buena idea.
Los expertos de la Universidad Técnica recomendaron la creación de modelos que se acerquen lo más posible a la realidad, e insistieron en que cambios de semejante envergadura podían realizarse, por ejemplo, en diciembre.
El responsable del sector del transporte en la Alcaldía de Praga, Josef Nosek, no dio el brazo a torcer e impuso que los cambios se llevaran a cabo precisamente ahora.
Rechazó toda crítica a su campaña informativa, porque según explica, sirve para advertir a los usuarios que en su ruta algo será diferente y que debe prestar atención a los cambios acaecidos.
El Ayuntamiento reconoció que debido a la eliminación de algunas líneas regulares y a los nuevos recorridos, aumentará en muchos casos el número de trasbordos.
La ‘revolución’ en el transporte urbano tocará también a los conductores en general, ya que con el fin de agilizar la circulación crecerá el número de carrilles exclusivos para buses y taxis.
Inconformes con los planes, muchos capitalinos se han sumado a una campaña de protesta, surgida en las redes sociales, para exigir la devolución del dinero de los bonos de transporte.
Los usuarios reclaman que compraron bonos para rutas que desaparecerán, advirtieron que la nueva situación provocará una mayor pérdida de tiempo por el creciente número de trasbordos.
