Una quinta parte de los checos respiró cantidades peligrosas de benzopireno el año pasado

La calidad del aire en la República Checa se vio afectada el año pasado por el final de la pandemia y el comienzo de la crisis energética. El aire en Ostrava fue el más contaminado, donde contribuyeron las emisiones de Polonia y la industria pesada.

Las concentraciones anuales promedio de benzopireno, una sustancia con efectos cancerígenos comprobados, superaron el límite establecido el año pasado en el 40% de las estaciones con un número suficiente de datos medidos para la evaluación. Esto corresponde aproximadamente al 6% del territorio, en el que vive aproximadamente el 20% de la población.

En los próximos meses la situación podría empeorar, previsiblemente. "La búsqueda de formas más baratas de calefacción a raíz de la crisis energética puede llevar a las personas a alternativas menos respetuosas con el medio ambiente, como la quema de carbón y madera húmeda en calderas más antiguas" dijo Markéta Schreiberová del Instituto Hidrometeorológico Checo.