Parlamento checo aprobó la ley de la función pública
La República Checa quiere entrar en la Unión Europea con empleados públicos más cualificados, mejor remunerados y protegidos ante la influencia de los partidos políticos. La ley de la función pública, aprobada este martes por el Parlamento checo, debería entrar en vigor en 2004.
La nueva ley cambiará la vida de los empleados públicos, obligándoles a mejorar sus capacidades laborales y lingüísticas, a la vez que les prohibirá tener un segundo empleo y limitará sus actividades en partidos políticos.
Sin embargo, estas obligaciones les serán compensadas por numerosas ventajas, entre las que figurarán cinco semanas de vacaciones, así como el pago de cinco sueldos en caso de despido o jubilación. Además, en caso de enfermedad, el sueldo de los funcionarios públicos quedará intacto durante 30 días.
La norma legislativa no incluye la denominada definitiva, que posibilitaría a los empleados permanecer en su puesto laboral hasta jubilarse y que fue promovida enérgicamente por el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Vladimír Spidla.La aprobación de la ley de la función pública, exigida por la Unión Europea, provocó reacciones contradictorias en el escenario político checo. En contra se pronunció el Partido Cívico Democrático, cuyo presidente, Václav Klaus, insistió en que la ley es inútil y costosa.
"Estoy convencido de que la nueva ley hace de los empleados públicos una casta privilegiada que gozará de ventajas especiales. Y estos privilegios costarán al Estado elevadas sumas de dinero. Durante diez años el Partido Cívico Democrático se empeñó por la no aprobación de esta norma," dijo Klaus.
Los gastos por el aumento salarial de los empleados públicos alcanzarán anualmente la suma de 500 millones de euros, recursos que el ministro Spidla calificó de justificados. La ley está bien equilibrada en cuanto a ventajas y desventajas se refiere y ofrece un lugar sólido y bien remunerado a personas capacitadas, opinó Spidla.