Alfons Mucha cuenta parte de su epopeya en el renovado palacio barroco Savarin
A partir de este mes, el renovado palacio barroco Savarin, en Praga, acoge una muestra de 150 piezas de Alfons Mucha, incluyendo obras de su legendaria Epopeya Eslava. Aunque la odisea de esta obra monumental aún no ha llegado a su puerto final, este espacio renovado pasa a ser un punto central para los amantes del icónico artista. Al menos, por ahora.
A pesar de no haber sido anunciado con icónicos pósters, a partir de este mes, Praga cuenta con un nuevo punto destacado del arte: el museo dedicado a Alfons Mucha, inaugurado en el renovado Palacio Sylva-Taroucca, más conocido como Palacio Savarin. Este histórico edificio del centro de la capital alberga, desde la semana pasada, una colección única de 150 obras del famoso pintor del Art Nouveau, de las cuales 90 son originales.
La exposición incluye pinturas, dibujos, fotografías y pósters, además de reproducciones de la Epopeya Eslava, una serie de 20 pinturas monumentales que retratan la historia y la mitología de los pueblos eslavos. La curadora japonesa-británica Tomoko Sato fue la encargada de seleccionar y organizar las piezas, apoyándose en investigaciones exhaustivas y el legado de la familia Mucha.
Una esperada restauración
El nuevo espacio de exposición, ubicado en la primera planta donde antes se situaba un casino, fue concebido por la renombrada arquitecta Eva Jiřičná y su estudio AI Design y los trabajos estuvieron a cargo del grupo Crestyl, que transformó el palacio en un lugar moderno y adaptado para el arte.
El jefe de los equipos de construcción, Marek Janeba, consultado en su momento por la Radio Checa, explicó que, debido al importante valor histórico del edificio, cada avance de las obras debió ser consultado con especialistas en mantenimiento de monumentos de este tipo.
“Trabajamos mucho tiempo en la reconstrucción del Palacio Savarin, que ocupa un área bastante extensa. Es cierto que el proyecto de remodelación había existido desde hace tiempo, por lo que contamos con muchos datos sobre las especificaciones de este espacio. Tomamos toda la información disponible en cuenta, ya que nuestro objetivo principal era el de devolver al palacio su aspecto original”.
Según Janeba, al tiempo de reconstrucción se le sumó también el tiempo que lleva analizar los materiales presentes, de modo tal de realizar una restauración fiel a la historia del edificio.
“Fueron sometidos a análisis, por ejemplo, los estucos de las habitaciones del palacio, las paredes y los techos, y, en base a los resultados, se pudo avanzar con los trabajos necesarios. Afortunadamente, este tipo de análisis es bastante rápido y permite revelar, por ejemplo, si debajo de la pintura superior de las paredes y los techos hay otra capa, cuyo tinte puede ser el original. En caso de descubrirse que son de tiempos más recientes, el trabajo es más sencillo a l ahora de pintar los marcos de las ventanas y de paredes remodeladas y también cuando aplicamos nuevo estuco”.
La odisea sin fin de una epopeya sin igual
Durante la inauguración, Marcus Mucha, bisnieto del artista, destacó que los eventos y exposiciones de la Fundación Mucha atraen anualmente a medio millón de visitantes en todo el mundo. En ese contexto, expresó su esperanza de que la Epopeya Eslava pueda ser exhibida permanentemente en Savarin para 2028, coincidiendo con el centenario de la finalización de la obra.
Sin embargo, la ubicación definitiva de esta monumental muestra de talento y dedicación sigue siendo objeto de debate. La ciudad de Praga continúa negociando con el grupo Crestyl, pero también considera alternativas, como el Lapidarium del Museo Nacional. Además, Jarmila Mucha Plocková, nieta del pintor, ha presentado una demanda contra la propuesta de albergar la serie en Savarin, lo que añade complejidad a las conversaciones.
Por otro lado, la apertura del museo ha generado tensiones respecto al uso del nombre “Museo Mucha”. El museo original en la calle Panská, operado desde 1998 por una empresa privada, ahora exhibe obras de la colección del legendario tenista Ivan Lendl. Sin embargo, Marcus Mucha afirmó que el contrato que permitía el uso del nombre y las marcas relacionadas fue rescindido el año pasado.
A pesar de las complicaciones legales, al menos por el momento, 150 obras seleccionadas de Mucha cuentan con un espacio de exposición digno de su calibre. La reconstrucción del Palacio Savarin incluyó importantes trabajos de revalorización de una imponente escalera, obra del arquitecto checo de origen alemán, Kilián Ignác Dientzenhofer, rodeada por otras obras de arte, de altísimo valor, según explicó Janeba. La monumental obra se puede apreciar, renovada, desde la semana pasada.
“Por encima de la escalera central hay un fresco de Václav Bernard Ambrosi, que muestra el carro de Apolo tirado por cuatro caballos. También las paredes y los techos están decorados con estucos. Esta es la parte más valiosa del palacio”.
Con esta nueva apertura, Praga consolida su posición como un epicentro del legado de Alfons Mucha, y ofrece a locales y turistas una nueva experiencia vinculada al universo de uno de los artistas más influyentes del movimiento Art Nouveau.
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