Muere a los 98 años Jaroslava Skleničková, la última mujer superviviente de la tragedia de Lidice
Jaroslava Skleničková, la última mujer superviviente de la tragedia de Lidice, el pueblo arrasado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, murió el viernes a la edad de 98 años.
Jaroslava Skleničková tenía 16 años cuando los nazis decidieron enviarla al campo de concentración de Ravensbrück, la acompañaba su madre, su hermana mayor y otras mujeres. Los soldados nazis asesinaron a su padre y a los demás hombres, el pueblo fue borrado de la faz de la tierra.
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La información sobre el deceso de Skleničková, que ocurrió en el seno de su familia en Lidice, fue dada a conocer por su hija Jitka Pečová.
Eduard Stehlík, director del Monumento a las víctimas de Lidice recordó ante las cámaras de la Televisión Checa la valentía de Skleničková y el testimonio que dejó a las nuevas generaciones de lo que fue la barbarie nazi.
“Recuerdo su sentido del humor, muchas veces muy negro, con el que miraba el mundo. Me encantan sus libros, son testimonios narrados por una persona que vivió los horrores del nazismo, pero que a lo largo de la vida consiguió superar con una gran dosis de sabiduría”.
Según indicó Stehlík, a pesar de las penurias vividas, Skleničková alimentó un optimismo contagioso que repartía en cada encuentro con los jóvenes y todas las personas con las que trataba. La huella de la crueldad nazi afectó su salud, pero no la quebrantó, porque ella se propuso salir adelante. Vivió una vida feliz y plena, se casó, formó una familia y tuvo un hijo y una hija.
A lo largo de su vida recordó cómo en el campo de concentración reconoció la dedicación y el heroísmo de muchas mujeres que fueron sus grandes modelos a seguir.
Su familia destacó que fue una persona con una enorme libertad personal y de carácter recto, valores que defendió incluso durante las décadas siguientes, cuando la propaganda comunista se apropió de la tragedia humana de Lidice para sus fines ideológicos, pero también en el período posterior a 1989, cuando a veces sentía la obligación de levantar su voz y recordar que la dignidad humana, la libertad y la democracia deben ser protegidas y desarrolladas.
Lidice es uno de los símbolos del terror nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Los nazis quemaron el pueblo el 10 de junio de 1942. El motivo fue la supuesta conexión de uno de los habitantes de Lidice con el asesinato del cabecilla nazi Reinhard Heydrich, líder del llamado Protectorado de Bohemia y Moravia.
Durante la masacre de Lidice fueron fusilados 173 hombres, las mujeres fueron internadas en el campo de concentración de Ravensbrück y los niños, salvo algunos seleccionados para la germanización, incluidos menores de un año, fueron asesinados en cámaras de gas en un campo de exterminio. En total murieron 340 habitantes de Lidice. Después del final de la guerra, 143 mujeres y 17 niños regresaron a su ciudad natal.
