El aeropuerto de Praga expone un retrato único en 3D de Václav Havel
El aeropuerto de Praga inauguró un retrato de Václav Havel compuesto por miles de objetos vinculados a la vida del antiguo presidente.
El aeropuerto de Praga de Ruzyně, fue rebautizado con el nombre del primer presidente de la República Checa, Václav Havel, en 2012, solo un año después de su fallecimiento. Desde entonces, se ha convertido ocasionalmente en una sala de exposiciones para obras artísticas creadas en homenaje a ese gran personaje de la historia checa.
Desde octubre, cuenta además con un retrato único de Václav Havel creado en 3D y visible solo desde un ángulo concreto que está compuesto por objetos vinculados a la vida del antiguo presidente. El escultor Patrik Proško, que había hecho obras similares a partir de los rostros de Nikola Tesla, Tomáš Baťa, Bedřich Smetana o Antonín Dvořák, dio más detalles sobre su labor en entrevista para la Radio Checa.
“Hay que mirar a través de una lente porque el retrato se ve solo desde un punto de vista. Se trata de una ecuación óptica y la técnica utilizada se llama anamorfosis. Está compuesto por más de 3000 objetos que cuentan la historia de Václav Havel y son objetos auténticos, de la época, algunos personales de Havel. La mayoría me la regaló la gente o instituciones que llevan el nombre o se encargan del legado de Havel”.
Como explica Proško, el retrato es visible solo de frente, si los espectadores miran la instalación desde otro lado, se convierte en un caos de miles de objetos. Los ojos del presidente, por ejemplo, están hechos con unos posavasos, también aparecen documentos auténticos de entre los años 60 y 90, un radiador con esposas de los tiempos del comunismo que recuerda los interrogatorios duros de la Seguridad del Estado o un barril que hace referencia al trabajo de Havel en una fábrica de cerveza donde terminó por oponerse al régimen.
Tampoco faltan símbolos como las llaves o una bandera checa fabricada de terciopelo en recuerdo a la revolución por la que se consiguió restablecer la democracia en la entonces Checoslovaquia, prosigue Proško.
“La bandera la hice de terciopelo por el doble sentido con la Revolución de Terciopelo de 1989. Con esto están relacionadas también las llaves que me regaló la gente en recuerdo al ruido que se hacía durante la revolución para mostrar a los líderes comunistas que su tiempo en el poder se estaba acabando. Estas llaves las intenté poner, sobre todo, en la boca de Havel, porque lo que él decía era clave. Yo quería enfatizar que Václav Havel, sobre todo, era escritor y dramaturgo. La palabra, para él, era el arma más poderosa”.
“Tenía 14 años cuando llegó la Revolución de Terciopelo y tenía la vida por delante”, añade el artista, agradeciendo la oportunidad de dedicarle una escultura precisamente a Václav Havel porque, según dice, gracias a él y sus compañeros puede llevar una buena vida. Algunos de los otros disidentes están también presentes en la instalación del aeropuerto de Praga, señala Proško.
“Hay un máquina de escribir que forma la ceja de Havel. En esta máquina se encuentra la última página del manifiesto anticomunista Carta 77, así que parece que la acaba de terminar. La primera página la tiene en el cuello de la camisa. Y las demás páginas se encuentran encima de un barril. También hay nombres de todas las personas que firmaron el manifiesto. Este barril, si se mira de frente, es la oreja de Havel. También hay un auricular de teléfono, así que parece que Havel acaba de terminar la última página de Carta 77, ahora está llamando y conversando con alguien sobre el contenido y, si te fijas en la conexión del teléfono, puedes ver que está pinchado, que hay otro cable en él por el que lo espían”.
Sin lugar a dudas, el símbolo que más se vincula a la personalidad de Václav Havel es el corazón que solía añadir a su firma. A su vez, el lema más famoso del político era “La verdad y el amor deben triunfar sobre la mentira y el odio”, por lo que Patrik Proško repitió varias veces este símbolo en la escultura, como explica.
“En los labios hay una funda para las gafas en la que están clavadas unas chapas, son corazoncitos de Václav Havel que me regalaron en la Fundación Olga Havlová. Y luego en la parte de la biblioteca, trabajé más el tema del corazón, hay antiguos naipes socialistas y, por supuesto, está nuestro rey de corazones, es decir, Václav Havel”.
En la inauguración de la instalación en el aeropuerto de Praga estuvieron presentes el antiguo director de la Biblioteca Václav Havel, portavoz y asesor del presidente, Michael Žantovský, y su viuda, Dagmar Havlová, que compartió sus impresiones con la Radio Checa.
“Me encanta y creo que le gustaría también a Václav porque él nunca quiso un pedestal, una estatua en un pedestal. A él le encantaría. Yo le prometí en su momento que le iba a construir algo parecido en nuestro jardín, así que estuve coleccionando objetos antiguos, tengo ordenadores viejos, etcétera”.
El retrato de Václav Havel se encuentra en la planta baja de la Terminal 2 del aeropuerto de Praga, al lado de otra instalación erigida en su honor tiempo atrás, Forum Havlum. Los interesados la podrán disfrutar como mínimo durante un año.
