Solo el 2 % de los padres checos se queda en casa con sus hijos
Que el padre se quede en casa con sus hijos y la madre siga trabajando sigue siendo bastante excepcional en Chequia. En 2020, solo el 2 % de los que cobraron la baja por paternidad fueron hombres.
Los datos de la Oficina de Trabajo indican que el año pasado, del total de las personas que cobraban la baja por paternidad, el 98 % eran mujeres. Que un hombre se quede en casa con sus hijos por un periodo prolongado de tiempo sigue siendo poco común en Chequia.
Al mismo tiempo, un 80 % de los hombres considera que deberían ser más. Lo sugiere una encuesta realizada por la agencia Ipsos y el proyecto ‘Chequia en datos’ (Česko v datech), en la que participaron 840 hombres entre 20 y 45 años.
Uno de los que contó su experiencia fue Michal Domkář, quien está cobrando la baja.
“Nosotros tenemos dos hijos. Cuando nació el primero, fue mi esposa quien se encargó de cuidarlo. Cuando llegó el segundo, nos pusimos a pensar cómo hacerlo para que no se quedara completamente estancada en su carrera. Al final decidimos que volviera al trabajo”.
Su mujer retomó su antigua posición tres meses después de dar a luz. Domkář afirma que fue posible, en gran medida, gracias a la generosidad del empleador. Este le permitió que volviera de manera gradual, básicamente a tiempo parcial, facilitando así también la transición entre los padres.
En Chequia suele quedarse en casa y cobrar la baja el progenitor que cobra menos. En la gran mayoría de los casos son las mujeres. De acuerdo con datos del Instituto de Estadísticas checo, las mujeres checas ganaban, de media, un 16 % menos que los hombres el año pasado.
Adicionalmente, la baja por maternidad solo incrementa la brecha salarial, según confirma Alena Křížková, de la Academia de Ciencias Checa, autora de un estudio enfocado en las diferencias en la remuneración de los padres y las madres.
“La diferencia se muestra con mayor claridad en la fase de la vida cuando las parejas se convierten en padres de niños pequeños. Son evidentes en términos generales y también al mirar la remuneración en el mismo puesto. Las diferencias crecen marcadamente entre los 35 y los 44 años de edad”.
Además del punto de vista financiero, son los prejuicios los que en muchos casos influyen en el reparto de los roles y las tareas de los nuevos padres. Lo confirma también la experiencia de Lukáš Talpa, de la Liga de Padres Abiertos (Liga otevřených mužů), organización que se enfoca en consultoría y diferentes actividades de desarrollo.
“Trabajamos con hombres que se han quedado en casa con sus hijos y en su gran mayoría lo decidieron así porque la mujer era la que ganaba más”.
No obstante, su experiencia indica también que los hombres, en muchos casos, tuvieron que defender la decisión ante sus familiares. Y las madres tuvieron que insistir, dado que su entorno veía mal que priorizaran la carrera al cuidado de los hijos.
Una de las maneras de hacer la maternidad y la paternidad más flexibles son los trabajos a tiempo parcial. No obstante, en Chequia, las jornadas reducidas son menos comunes que en otros países europeos. En el primer trimestre de este 2021, poco más del 5 % de las personas trabajaban a media jornada, de acuerdo con el Instituto de Estadísticas Checo. La media europea ronda el 18 %.
De acuerdo con Irina Koubelková, analista de la Cámara de Comercio, una de las razones es la carga financiera que supone para las empresas el pago de las contribuciones al seguro médico y social.
“En la República Checa, los empleadores pagan un seguro muy alto, uno de los más altos en el marco de los países de la OCDE. Al dividir un puesto en dos, el monto del seguro no se reduce de manera adecuada”.
Koubelková destaca asimismo la mayor carga administrativa vinculada a los puestos de jornada reducida. E influyen en la situación también los sueldos: el trabajo a tiempo parcial suele ser más común en países más ricos, donde las personas alcanzan a vivir con la mitad de su salario.
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