De parranda en la República Checa: cerveza y buena conversación
Tanto a los checos como a los latinos les encanta salir de parranda. En eso coincidimos. La diferencia estriba en el tipo de juerga que cada uno se pega. Mientras que los latinos salen principalmente a bailar y nunca saben donde van a acabar, los checos planifican sus salidas y buscan más bien cerveza y conversación.
Las ciudades checas abundan en cafeterías, bares y tabernas de todo tipo, sin embargo escasean en discotecas y en general locales pensados para bailar. Es un reflejo del diferente concepto que las dos culturas tienen de salir de fiesta.
Y es que quedar con los amigos para mover el esqueleto con los ritmos de moda no es una costumbre tan común como en España o Hispanoamérica, donde el bailoteo del fin de semana es casi una religión.
Para Felipe Martínez, de Colombia, esta es la principal diferencia entre la juerga latina y la checa.
“Hay tres personas, de tres personas para arriba, una grabadora (bueno, en estas épocas modernas un iPod) con cualquier canción de moda y hay fiesta. Y lo importante de la forma de divertirse es: música. Y el alcohol. En cambio aquí en la República Checa lo importante es el alcohol. Y si hay música está bien. Inclusive a veces es mejor que no haya mucho ruido porque es más de charlar”.
Según Felipe, esta característica hace que correrse una juerga en la República Checa sea una experiencia bastante diferente.
“A veces uno puede pasar una noche entera de copas, de rumba como decimos en Colombia, y al final te diste cuenta de que hablaste con un montón de personas, bailaste con un montón de chicas, y no te acuerdas del nombre de nadie, no sabes quiénes son, dónde estudian, nada. En cambio aquí en República Checa es difícil que pase eso porque todo el mundo empieza a comunicar, a interactuar. Puede ser que al final no te acuerdes del nombre de la persona, o de dónde estudió y todo eso, pero hablaste de algo”.
Además, no solo cambia lo que se hace sino también cómo se hace. A los latinos muchas veces nos parece que los checos, una vez que se meten en una taberna, ya no salen hasta que cierra.
También es la impresión de Tereza Kolembuzová, una checa que ha pasado un par de meses en España.
“Aquí cuando la gente sale ya sabe con anticipación adónde va, con quién va... Y se queda en un sitio o cambia una vez el local. Pero en España cuando la gente sale cambia de tres, cuatro sitios, y no planifica antes. Pues improvisa.”
Con música o sin música, con o sin plan, lo importante es divertirse. Y ahí los dejo. Me esperan en el bar los amigos de siempre, con una buena cerveza. ¡Salud!