Desempleo, la pesadilla de los checos en 2010
A pesar del creciente optimismo de los pronósticos económicos, los checos miran con preocupación hacia el futuro. Uno de sus mayores miedos es el de perder el trabajo.
Según una encuesta de la agencia Median, más del 80 por ciento se siente preocupado por el futuro. En el sondeo realizado hace un año en plena crisis, sólo la mitad de los encuestados reconoció semejante desasosiego. El sociólogo Jan Herzmann lo considera natural.
“La gente tiende a relacionar el presente con el futuro. Cuando lo estamos pasando bien creemos que así será en el futuro. En cambio, cuando afrontamos un periodo difícil, y el año 2009 realmente fue difícil, tememos que el futuro sea aún peor”, afirma Herzmann.
Entre los temas que preocupan a los checos está el aumento del precio de algunos productos y servicios, debido al incremento del IVA hasta el 20 por ciento a partir de 2010, así como la inestabilidad política y económica del país.
Sin embargo, el paro sigue siendo la pesadilla número uno. El 23 por ciento de los checos, es decir, el doble que el año pasado, teme perder su trabajo. Y los pronósticos al respecto son poco alentadores. Los economistas prevén que el desempleo aumentará hasta alcanzar el límite del 10 por ciento, donde se mantendrá durante todo el año.
Según un reciente sondeo de la Cámara Económica, hasta un 30 por ciento de las empresas checas planea despedir más del 10 por ciento de sus empleados este año. La situación en el mercado laboral también se verá afectada por la profunda crisis en el sector automovilístico.
No sorprende entonces que los checos centren su atención en la vida familiar, según afirma la socióloga Jiřina Šiklová.“Buscar amparo en la familia es una reacción típica en cualquier crisis, pero es una reacción mala. Huyendo de los problemas y escondiéndose ante ellos significa rendirse”, sostiene Šiklová.
Pero los checos no sólo sienten preocupaciones al pensar en el nuevo año. Muchos esperan ansiosamente realizar viajes al extranjero, dedicar más tiempo a sus aficiones y participar en las elecciones parlamentarias, por ejemplo.