Se dispara el número de mujeres que caen en el alcohol
La crisis económica ha agravado en Chequia todas las problemáticas sociales, entre ellas el alcoholismo. En este país de diez millones de habitantes, 300.000 son alcohólicos. En esta desproporcionada cifra se incluyen, de manera cada vez más preocupante, las mujeres a cargo de niños pequeños.
La necesidad de substancias estupefacientes crece en época de crisis, cuando las familias se ven sacudidas por la falta de oportunidades y recursos económicos. Y el alcohol es en la República Checa, de lejos, la droga más barata y accesible. El 56 por ciento de las mujeres ingresadas en Bohnice por problemas de alcoholismo son madres de al menos un menor de edad, lo que requiere una especial atención, como explica el director de la sección de Adicción en Mujeres, Václav Dvořák.
“En la actualidad el número de mujeres que son problemáticas y tienen a su cuidado niños pequeños está creciendo de forma alarmante. Es necesario hacer un esfuerzo para contrarrestar esta tendencia tan peligrosa. Por eso esta iniciativa está dedicada precisamente a este grupo de mujeres, ya que su alcoholismo puede conllevar problemas para sus hijos en el futuro”.
El perfil de la típica paciente es el de una mujer mayor de 35 años con educación media o universitaria. La situación, según Dvořák, es previsiblemente peor en las mujeres más jóvenes o con educación básica, ya que son más reacias a acudir al hospital en busca de tratamiento.
El alcohol es considerado por los médicos más peligroso en las mujeres que en los hombres. En primer lugar por una cuestión de constitución física, y en segundo por las diferencias a la hora de beber. Las mujeres consumen alcohol a escondidas y el problema suele pasar inadvertido hasta que es demasiado tarde. Es por ello que el mayor grupo de riesgo es el de las mujeres que viven solas o no tienen relaciones estables.
La diferencia entre géneros también hace necesario organizar terapias distintas, como cuenta Dvořák.
“En los hombres a menudo se diagnostica un trastorno de personalidad límite (o borderline), antisocial o narcisista, mientras que en el caso de las mujeres, la mayoría de las que son internadas en las curas de desintoxicación padecen un trastorno histriónico de la personalidad, que antes se conocía como trastorno histérico. También abundan las mujeres de personalidad dependiente. Así pues, hay una diferencia importante entre hombres y mujeres que hay que tener en cuenta en el tratamiento. El trastorno de personalidad determina hasta cierto punto el desarrollo del paciente”.
Al mismo, tiempo, además de las circunstancias sociales y de la propia personalidad del adicto, también hay que tener en cuenta la predisposición genética, según advierte el doctor Dvořák.
“Lo importante es la genética en interacción con el medio. Esto significa que la persona que está predispuesta genéticamente, al entrar en contacto con el alcohol, desarrolla rápidamente una adicción. Por supuesto, el ambiente y las circunstancias pueden condicionar este proceso de muchas maneras. Hoy se considera que adicción solo hay una, que la base genética de predisposición tanto hacia el alcohol como al tabaco u otras drogas es la misma”.
El centro, llamado Alma, es el primero de su tipo en la República Checa y cuenta para su desarrollo con una subvención de la Unión Europea. Con su actividad tratará de evitar que aumente el número de madres alcohólicas y reducir así el número de niños en hogares problemáticos.
Más información en www.almafemina.cz
