El Estado recorta su inversión en nuevas ciclovías
La República Checa contará con 100 kilómetros más en su red de ciclovías. El Ministerio de Transportes invertirá en ellas menos que en el pasado y quiere coordinar mejor su planificación para evitar las criticadas diferencias de costes entre unos tramos y otros.
Sin embargo, la frecuente falta de conexión entre ciclovías, los obstáculos que a menudo hacen bajar de la bici a los ciclistas y, especialmente, el coste desorbitado de algunos tramos, son objeto de críticas y sospechas sobre el mal uso de fondos del Estado, y sobre todo, de la Unión Europea. De Bruselas ha salido más de la mitad de los 160 millones de euros invertidos en ciclovías checas desde 2007.
Martin Novák, portavoz del Ministerio de Transportes, asegura que se preparan cambios que hagan más efectiva la inversión.“El Ministerio Transportes prepara una nueva estrategia de ciclovías a nivel nacional y en ella debería estar incluida una mejor coordinación en la planificación de nuevos recorridos”.
La Contraloría General del Estado se pregunta por qué un kilómetro de ciclovía resulta hasta veinte veces más caro en unos tramos que en otros. En Praga, tres kilómetros que pasan por el distrito de Vysočany costaron la friolera de 5.600.000 euros. A pesar de la fuerte inversión, cada pocos metros hay una escalera que subir o bajar con la bici al hombro o empujándola aprovechando las rampas instaladas.
Mientras, la ciclovía de Silesia, que unirá desde este verano los 33 kilómetros que van desde Krnov a Opava, en el noreste del país, ha costado un total 2.600.000 euros, esto es, menos de la mitad que los controvertidos tres kilómetros de Vysočany.
Los auditores del Estado critican que en muchos proyectos se optó injustificadamente por las soluciones más costosas, beneficiando al constructor. Durante 2012 la inversión en nuevas ciclovías será de la mitad con respecto a años anteriores. Es de prever que por ello el acabado de estas no sea de buena calidad. La superficie de la pista no sería de asfalto y los puentes que haya que construir podrían ser mucho más estrechos, perjudicando sobre todo no a los ciclistas, sino a los patinadores, que también son usuarios habituales de las ciclovías.