Yoani Sánchez: “Nos colamos al ciberespacio por una grieta”
Terminó en Praga la edición número 17 de Foro 2000. Después de dos días de intensas deliberaciones, personalidades de proyección mundial analizaron la transición hacia la democracia en diferentes partes del mundo y los retos y peligros a los que se deben enfrentar. Entre los asistentes se encontraba la bloguera cubana Yoani Sánchez que se refirio a la situación de los medios digitales en su país.
Ser internauta en un país como Cuba, con todos los medios de comunicación y todas las tecnologías controladas por el Estado resulta bastante complicado, explicó la bloguera.
“A quién se le ocurre tener una página web en un lugar donde sólo el tres por ciento de la población tiene la posibilidad de entrar al ciberespacio y conectarse a la gran telaraña mundial. ¿Me iban a dar un minuto en la prensa? No me lo iban a permitir, por lo tanto el blog e Internet no fueron una elección, fueron la única posibilidad”.
A pesar de las dificultades y obstáculos que pone el régimen, los internautas y blogueros cubanos han sabido aprovechar las grietas del sistema para hacerse con un lugar, aunque limitado, en el ciberespacio.
“Quizás es un momento el Gobierno no había comprendido la importancia estratégica de esa pequeña grieta que se le abría al muro, y por ahí nos colamos, no sólo yo, también otros periodistas independientes, activistas de todas las tendencias y a partir de ahí hemos desarrollado nuestro trabajo”.
En la edición de este año participaron cinco opositores cubanos que llegaron directamente desde la Isla y, según dijeron, pudieron intercambiar valiosas experiencias sobre los modelos de transición a la democracia acaecidos en diferentes partes del mundo.
Los activistas subrayaron que si bien se trata de situaciones muy diferentes, de país a país, existen puntos de coincidencia e inspiración en el camino hacia la libertad y la democracia, y que las transiciones no se pueden improvisar, hay que preparlas.
La edición número 17 del Foro 2000 cerró sus puertas este martes en Praga, pero algunas de las deliberaciones continuarán en ciudades como Pilsen y Ostrava para trasladarse después a Bratislava, capital de Eslovaquia.
