La Cumbre de Singapur, un paso hacia la paz duradera
La celebración de la cumbre entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, fue aplaudida por los políticos checos. Es un importante aporte para la estabilidad mundial indicaron.
La reunión entre los máximos representante de EE.UU. y Corea del Norte fue histórica. No precisamente por los acuerdos alcanzados, pero sin duda por el hecho de que el presidente Donald Trump y el líder Kim Jong-un se sentaran a dialogar.
Meses atrás esto se mostraba como algo impensable, consecuencia directa del permanente duelo verbal cargado de insultos y ofensas que protagonizaron ambos políticos.
Jiří Ovčáček, portavoz del presidente checo, Miloš Zeman, expresó su convicción de que la cumbre de Singapur es un paso importante en el camino hacia la estabilidad mundial.
“Representa la esperanza de un mundo más seguro. Un asunto clave es sin duda la promesa de que serán eliminadas las armas nucleares del territorio de Corea del Norte. El presidente de EE.UU. puede contar con el apoyo de la República Checa“.La vocera del Ministerio de RR.EE. checo, Irena Valentová, resaltó la importancia de que existe un claro interés por la instauración de la paz.
“El Ministerio de RR.EE. saluda los resultados de la cumbre entre EE.UU. y Corea del Norte. Nos complace el interés expresado por ambas partes de mejorar las relaciones bilaterales, así como el deseo de instaurar la paz en la Península de Corea”.
A nivel internacional la cumbre deja dos cosas claras. En primer lugar el presidente Trump vuelve al papel de líder mundial, que había perdido brillo por la amenaza de una guerra comercial contra sus aliados. Y en segundo lugar Kim Jon-un ha sido aceptado en el club de la comunidad internacional, un dirigente legítimo con el que es posible dialogar.
Después de los apretones de manos y la firma de un comunicado de cuatro puntos sobre el compromiso de Corea del Norte a la desnuclearización de la Península coreana, las garantías de seguridad de EE.UU. al régimen norcoreano, y la entrega de los restos de antiguos prisioneros de guerra, ambas partes se comprometieron a lograr una paz duradera y estable.
No se ha tratado de asuntos concretos, pero como indicaran Donald Trump y Kim Jong-un vendrán cambios importantes para el mundo. No será algo inmediato pero ya se ha empezado a trabajar, y ahora corresponde el turno a los equipos negociadores de ambos países.