Oldrich y Bozena

Oldrich y Bozena

Esta vez nos trasladaremos a una de las épocas más siniestras en la historia del Estado checo, época de luchas por el poder político, de enfrentamientos fratricidas, época de odio y pasiones oscura. Pero también en aquellos tiempos florecía uno de los sentimientos fundamentales humanos - el amor. Por lo menos las leyendas lo dicen así.

Estamos en el primer tercio del siglo XI y quién por un momento se olvidó de sus ambiciones de soberano fue el príncipe Oldrich quien perdió la cabeza por la guapa campesina Bozena. Así las leyendas. La realidad era mucho menos romántica.

Oldrich y Bozena
Oldrich y Bozena son mencionados por primera vez por el cronista checo Cosmas, en el siglo XII. Según Cosmas, el príncipe checo Boleslao II, de la casa de los Premislitas, tenía dos hijos, Jaromír y Oldrich. Mientras que Jaromír vivía en la corte de su padre, Oldrich fue enviado a la corte de Enrique II, entonces duque de Baviera y posteriormente emperador romano-germánico, para hacer suyas la lengua y costumbres alemanas.

Jaromír heredaría el trono. Así lo decidió Boleslao II antes de partir a Polonia, invitado por el príncipe Mieszek, o si prefieren Boleslao I Chrobri, que es el nombre auténtico de ese príncipe polaco. Después de un festín celebrado en la corte del monarca polaco la comitiva checa fue masacrada a mando de Mieszek, Boleslao fue cegado y hecho prisionero.

Mieszek envió mensajeros a la corte del emperador alemán y prometiéndole una gran suma de dinero le pidió que arrestara a Oldrich. El emperador cumplió con esta tarea. Sin embargo, Oldrich logró escapar y volvió a Bohemia.

Desde el castillo de Drevíc envió a un fiel combatiente suyo a Praga encomendándole que penetrara en el castillo y por la noche dejara sonar su trompeta para asustar de esta manera al enemigo, los polacos. Y así ocurrió.

Los polacos se echaron a correr, abandonaron a toda prisa el castillo de Praga, el mismo príncipe Mieszek apenas logró salvarse. Oldrich tenía las puertas abiertas. Entró en el castillo, y a modo de prevención cegó a Jaromír.

La esposa legítima de Oldrich era probablemente estéril y no dio un hijo al soberano checo. Un día, el príncipe volvía de una cacería. Pasando por los bosques vio de repente, junto a una fuente lavando la ropa, a una guapa campesina. Su piel era más blanca que la nieve, más fina que la del cisne, más brillante que el marfil, más bella que el safiro. La hermosura de la humilde mujer llamada Bozena deslumbró de tal forma al príncipe, que de inmediato la tomó por esposa.

El hecho de que ya tenía otra esposa no representaba en aquellos tiempos ningún obstáculo. Del vínculo entre Oldrich y Bozena nació Bretislav. Hasta aquí el cronista Cosmas.

El renombrado historiador checo, Frantisek Palacký, describe los hechos ocurridos de una manera un poco diferente. Según Palacký, el príncipe checo Boleslao II tenía cuatro hijos. A nosotros, nos interesarán tres de ellos, Boleslao, Jaromír y Oldrich, los últimos dos ya los conocemos.

El hijo mayor, Boleslao, llamado Rojo, era un hombre malo e infame. Anhelando los bienes de sus dos hermanos, dejó castrar a Jaromír y a Oldrich quiso estrangularlo en el baño. Oldrich logró escapar y se refugió en Baviera, en la corte del duque Enrique, al que también ya hemos mencionado.

En Bohemia, mientras tanto, hubo una sublevación en contra de Boleslao. Durante algunos meses gobernó al país el príncipe Vladivoj, hermano del príncipe polaco Boleslao Chrobri. Después de la muerte de Vladivoj, subió al trono Jaromír.

Poco después ocuparon las tierras checas las tropas polacas, seguidamente volvió al trono Boleslao, el Rojo, y de nuevo se apoderó del país el príncipe polaco Boleslao Chrobri. Este hecho no le gustó al duque Enrique, de Baviera, quien se prepararía para una guerra.

De esta situación se aprovecharon Jaromír y Oldrich, quienes se pusieron a la cabeza del ejército alemán. Para no entrar en detalles, digamos que al final Enrique y Boleslao Chrobri firmaron la paz y las tierras checas quedaron libres.

Oldrich gobernó las tierras checas entre los años 1012 y 1033, expulsando primero a su hermano Jaromír del país y luego encarcelándolo. Los libros de historia describen al príncipe como un soberano de "cualidades mediocres, como una persona con mucha energía, pero también como un hombre sin escrúpulos, astuto y pérfido".

Algunos historiadores admiten que tenía un concepto político claro. Sabía moverse con habilidad en las situaciones políticas surgidas y hacer compromisos para convivir en paz con el emperador alemán y prevenir los conflictos armados. La alianza con los alemanes fue forzada, que sin embargo, arrojó también consecuencias positivas.

Oldrich no perdió ni una ocasión para una operación militar independiente. El resultado de una de ellas fue la anexión de Moravia al reino de los Premislitas. Desde los tiempos de Oldrich, Bohemia y Moravia comparten sus destinos en un Estado común.

Volvamos ahora a la historia amorosa. ¿Cómo surgió esa relación entre Oldrich y Bozena, una de las parejas más famosas de la historia, o de las leyendas, checas?

Trasladémonos al pueblo de Peruc, uno de los pueblos más antiguos del país, situado en Bohemia Noroccidental, entre las ciudades de Slaný y Louny.

Allá pueden ver una fuente, llamada "Fuente de Bozena", y un roble, llamado "Roble de Oldrich".

Según escribió la autora Zofie Podlipská, Bozena solía ir a la fuente, oculta bajo un roble alto, a recoger agua. Le gustaba mirar los pájaros que bebían de la fuente y escuchar su canto.

Oldrich entró en la escena de repente, como hemos mencionado ya antes. Sumergido en los pensamientos deseando olvidarse del mundo que consideraba malo e injusto, salió del bosque y vio una joven lavando la ropa. La muchacha estaba descalza, llevaba una blusa sin mangas y una falda corta. Oldrich la vio primero de espaldas. Cuando la mujer se volvió, miró sus ojos azules y se enamoró de ella.

Averiguó que se llamaba Bozena, y al día siguiente mandó a sus sirvientes que trajeran a la joven a su castillo. ¿Estaba Bozena también enamorada de Oldrich o simplemente no le quedaba otro remedio que someterse al deseo del príncipe?

Quién sabe. Las leyendas no nos lo cuentan. En una de las canciones populares checas se canta de una muchacha de ojos azules que no debe sentarse junto al arroyo porque las aguas se desbordarán y se la llevarán. ¿Fue esa muchacha Bozena?

La campesina Bozena dio al príncipe Oldrich el hijo Bretislav, que pasó a ser posteriormente uno de los más significativos y valientes soberanos Premislitas de Bohemia.

Oldrich murió en 1034. Antes de su muerte se enemistó con el emperador romano-germánico Conrado II, entonces fue incluso detenido unos meses, mantenido preso en una cárcel y sustituido en el trono por su hermano Jaromír. Sin embargo, Oldrich aún logró volver al trono y vengarse de Jaromír a quien mandó cegar y meter en prisión.

Y poco después falleció. Debe haber sido enterrado en el templo de San Jorge en el Castillo de Praga. Su tumba nunca ha sido descubierta. Bozena murió 14 años más tarde.