Sesión de la Unión Interparlamentaria
La 105 conferencia de la Unión Interparlamentaria inauguró ayer domingo sus deliberaciones en La Habana.Las delegaciones parlamentarias de 140 países miembros y de cinco países asociados prestan una especial atención a la observancia de los derechos humanos en el mundo.
En las deliberaciones de la conferencia de la Unión Interparlamentaria toman parte también diputados y senadores checos. Para la República Checa este evento tiene un significado especial.La diplomacia local ha presentado en Ginebra ante la Comisión de la ONU para los Derechos Humanos un borrador de la resolución que critica su violación en Cuba.El documento provocó una reacción negativa en La Habana y desencadenó una colisión diplomática entre Praga y Washington en torno al controvertido párrafo sobre la ineficacia de las sanciones estadounidenses contra el régimen de Fidel Castro. La votación del borrador checo cuya forma definitiva sigue siendo objeto de consultas, se espera para la primera quincena del mes en curso.
Según el senador por el Partido Cívico Democrático, Tomás Julínek, la delegación se propone actuar en La Habana rigiéndose por la resolución condenatoria de la violación los derechos humanos en la Isla.
Los parlamentarios checos quieren entrevistarse en La Habana con los críticos del régimen castrista y entregarles la versión española del libro de Václav Havel "El poder de los sin poder", informó el jefe de la delegación, el socialdemócrata Milan Ekert. El parlamentario afirma que la situación en Cuba puede ser comparada a la que se registraba en la República Checa en los años 70. "El poder de los sin poder" fue escrito precisamente en aquella época de manera que a los cubanos les puede servir como una interesante inspiración, dijo Milan Ekert.
La delegación en la que están representados todos los partidos con asiento en el parlamento checo, se interesará también por las circunstancias de la detención en Cuba de dos ciudadanos checos, Ivan Pilip y Jan Bubeník, quienes estuvieron detenidos en la cárcel de Villa Maristas, en La Habana, por haber mantenido contactos con disidentes anticastristas.