Mujeres que rescatan profesiones de artesanía a punto de desaparecer
Productos tejidos de espadaña, la sombrerería y las prendas de lana de oveja hechas a mano son algunas de las artesanías tradicionales que se encuentran en peligro de extinción en Chequia. Les presentamos a las artesanas que mantienen vivas estas profesiones.
Iveta Dandová es una de las últimas artesanas checas que domina el arte del tejido con espadaña, una planta acuática parecida al junco. En su taller, situado en Mnichovo Hradiště, teje especialmente bolsas, pantuflas, sombreros, cestas y decoraciones de diseños más y menos tradicionales. La artesana continúa con la tradición típica para el Paraíso Checo, conocida en esa región desde el siglo XVII, según explica.
La sombrerería siempre viva
Mientras que salir sin sombrero representaba en el pasado una descortesía, en el siglo XXI este complemento no figura entre las tendencias de la moda. No obstante, la sombrerera Blanka Lachmanová no se aburre. En su taller, situado en la ciudad de Liberec, se encuentran tanto prendas modernas como modelos históricos, que incluyen sombreros de copa, de cardenal, diversos tipos de fez y otras piezas más curiosas, decoradas con cimeras y bordados dorados, explica.
“Estas decoraciones se colocaban en los sombreros de los funcionarios del Imperio Austrohúngaro y en los de los caballeros de la Orden de Malta”.
Blanka Lachmanová crea los sombreros históricos a medida por encargo de teatros, museos, equipos de filmación o asociaciones históricas. Blanka Lachmanová comparte el secreto de modelar la copa de los sombreros elaborados de fieltro.
“El semiproducto se pone en remojo y después se coloca en un modelo de cabeza según el tamaño requerido. El fieltro se encoge y modela bien, siempre lo aprieto con una cinta. Después espero a que se seque”.
Tejido con lana de oveja, una moda sostenible
En invierno, el torno de hilar de Iva Válková no deja de ronronear. La demanda de guantes, gorras y suéteres elaborados de la lana de oveja aumenta de la mano con las temperaturas descendientes. Iva Válková aprendió el proceso de elaboración mediante la observación del trabajo de otros artesanos. La artesana se ve fascinada por la sostenibilidad de esta técnica, que permite crear vestidos sin usar energía eléctrica. El proceso de elaboración comienza con la limpieza de la lana, que después se carda para quedar unificada y se colorea en una olla con agua caliente colocada en la chimenea. Se usan tanto colores químicos como naturales, entre ellos hierba de San Juan, castañas o nueces. El resto de la elaboración continúa en un torno de hilar, explica Válková.
“Se parece al pedaleo de una máquina de coser. Con las manos arrastro el vellón del fardo, lo conecto con un hilo que gira, entra en el torno de hilar y se enrolla en el hilado”.
El producto más original de Iva Válková son los colchones hechos de lana ovina.
“La lana para los colchones proviene de otra raza de ovejas que la que se usa para el tejido. Tiene que ser áspera y no afieltrada. Cuando uno se tumba en el colchón, permanece flexible. Dentro se colocan diferentes capas hasta que el colchón quede bien lleno y liso”.
Iva Válková recibió en 2008 el título de Maestra de la artesanía manual tradicional y su habilidad se la transmite a los estudiantes de la Escuela de Waldorf, en la ciudad de Semily, y en varios talleres.
Desde 2001, el Ministerio de Cultura de la República Checa otorga anualmente a destacados artesanos el título 'Portador de la Tradición de Artesanías Populares'. El galardón parte del proyecto de la UNESCO, conocido como “Tesoros Humanos Vivos”, que se pone como objetivo conservar las profesiones artesanales a punto de desaparecer, documentar sus procedimientos y traspasar las habilidades a otras generaciones.
