Ministras checas abren debate sobre los vientres de alquiler
Ayudar a las parejas que no pueden tener hijos es una de las pautas que se habían trazado la ministra de Justicia, Daniela Kovářová, y la de Salud, Dana Jurásková, antes de asumir sus cargos en mayo de este año. Hace una semana, ambas abrieron el debate sobre la posibilidad de legalizar en el país el alquiler de úteros.
La ministra de Justicia, Daniela Kovářová, y la de Salud, Dana Jurásková, quieren cambiar esta situación. Abrir el debate sobre las reglas de la maternidad subrogada fue el principal objetivo de una conferencia de expertos convocada por esas ministras hace una semana en Praga.
Dana Jurásková recalcó durante la reunión que habrá muchas preguntas por responder.
“¿Cuáles son las características que debe cumplir la madre de alquiler? ¿Debe ser absolutamente sana? ¿Casada o soltera? ¿Debe tener ya sus propios hijos?,” preguntó Jurásková.
También la ministra de Justicia, Daniela Kovářová, mencionó algunas cuestiones a tener en cuenta a la hora de discutir el problema.
“¿Tendrá siempre la donadora del óvulo derecho legítimo a adoptar al niño? ¿O es posible que, bajo ciertas condiciones, ese derecho pase a la mujer que lo parió?”
Oficialmente nacen en el país, en estas condiciones, unos diez niños al año. Sin embargo, no existen aún leyes específicas que regulen el proceso de gestación y la situación posterior al parto. Según las normas vigentes, el niño pertenece a la mujer que lo dio a luz, aunque su madre biológica, es decir, la donante del óvulo, sea otra.
Muchos expertos opinan que el cambio de la normativa generaría más problemas que beneficios. Entre los críticos de la legislación del alquiler de útero está el Defensor del Pueblo Checo, Otakar Motejl. “Todos hablan de los derechos de la mujer, pero nadie se ocupa de los derechos del niño”, argumenta el Ombudsman checo.
Y los psicólogos le dan la razón. La relación madre-hijo empieza a desarrollarse ya durante el embarazo, sostiene uno de ellos, Radkin Honzák.
“Durante la gestación se crea una estrecha relación biológica, psicológica y social entre la madre y el hijo”, indica Honzák.
Por su parte, David Rumpík, director de la Clínica de Reproducción Asistida de Zlín, defiende la maternidad subrogada.
“Antes de juzgar este método, vengan a nuestra clínica y vean la cara que pone una mujer incapaz de tener hijos, al saber que su problema tiene una solución”, sostiene Rumpík.
Este centro privado ha ayudado ya a 11 mujeres, que habían perdido el útero, a tener hijos gracias a una madre de alquiler. Eso sí, siempre que asumieran toda la responsabilidad legal.
Las ministras Jurásková y Kovářová están conscientes de que determinar las condiciones y obligaciones a cumplir, tanto por la madre biológica como por la madre sustituta, será un proceso largo y doloroso. Como ejemplo pueden servir las normas vigentes en otros países donde la maternidad subrogada es legítima, como Estados Unidos, Gran Bretaña, Hungría, Israel y Chipre.