Medios de comunicación, poder, dinero y libertad de prensa

TV Nova

Rudé Právo fue el diario de mayor difusión durante la época comunista en Checoslovaquia, era el órgano oficial del Partido Comunista. Todos los medios de comunicación estaban controlados por el Estado y por el Gobierno que eran sinónimo del Partido Comunista y viceversa. La libertad de expresión vio la luz del día en la República Checa a partir de 1989 cuando la "Revolución de Terciopelo" acabó con la dictadura comunista.

En la República Checa los medios de comunicación han encontrado muy rápidamente el lugar que les corresponde en la sociedad y han comprendido su importancia en la lucha por la defensa de la libertad y la democracia.

No ha ocurrido lo mismo con muchos políticos que tratan de hacer de los medios de comunicación un instrumento de dominio para manipular a su antojo a la opinión pública.

Sí, este tipo de situaciones tienen lugar también en las nuevas democracias. Los jóvenes inquilinos que sustituyen a la "nomenclatura" copian las malas costumbres que se alimentan en muchas democracias occidentales.

El caso más conocido en Europa es el de Berlusconi en Italia, donde el "cuarto poder" y el Gobierno se entremezclaron de manera nunca vista y difícil de aceptar.

En la joven democracia checa, topamos con situaciones sumamente complejas; a principios del año en curso la televisión pública fue blanco de las ambiciones de círculos políticos que trataron de poner al frente de la misma a un hombre a su pleno servicio.

La abnegada lucha de los periodistas checos por la libertad de expresión, sentó un importante precedente a nivel continental. La televisión pública no cayó y los personajes comprometidos con el poder político no lograron consumar sus nefastos planes.


Uno de los mayores escándalos gira hoy en torno al magnate de la televisión Vladimír Zelezný, uno de los hombres más poderosos del país.

Al señor Zelezny se le otorgó a mediados de los años 90 una licencia de televisión. El inversor fue el millonario estadounidense Ronald Lauder que financió todo el proyecto que terminó convirtiendo al canal de TV Nova en el mejor de la Europa poscomunista.

Sin embargo, años después el señor Zelezný y parte de su equipo crearon una empresa que pronto estuvo en condiciones de transmitir por su cuenta, y tenían además lo más importante: la licencia.

Un arbitraje internacional falló en contra de Zelezný, - y de hecho de la República Checa, que desde el punto de los inversores no cumplió el acuerdo de protección de inversiones- y le exige el pago de 600 millones de dólares.

Con semejante escándalo sobre sus espaldas -que le costó dos noches de detención preventiva y el inicio de una investigación- el magnate fue recibido por el presidente de la Cámara de diputados, Václav Klaus, quien aseguró que la campaña contra el señor Zelezný es una especie de venganza de los pobres contra el capitalismo.

De acuerdo con Klaus en la República Checa se tilda de delincuentes a los empresarios exitosos, lo que resulta inaceptable.


Especialistas en medios de comunicación coinciden en que la alianza Klaus-Zelezný huele a campaña electoral, no debemos olvidar que el año entrante se celebrarán elecciones parlamentarias en la República Checa.

TV Nova
La TV Nova es el canal de mayor televidencia en el país, por lo que los expertos estiman que se trata de un aliado ideal para el Partido Cívico Democrático de Václav Klaus que durante cuatro años alimentó un matrimonio de conveniencia con la gobernante socialdemocracia, formación que ahora desea derrocar en los comicios.

Muy sintomático paras los especialistas ha sido el hecho de que el canal Nova tiene muchos meses de no criticar a Klaus ni a la formación que encabeza. Surgen por ello interrogantes ¿Pueden semejantes alianzas condicionar la objetividad de determinados medios de comunicación? ¿Apostarán las formaciones políticas por socavar la objetividad de la prensa y poner así en peligro la libertad de expresión?

Autor: Federico Picado
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