Más de 10.000 españoles visitan la República Checa en Semana Santa

Las fiestas de Semana Santa es la época del año que elige un mayor número de españoles para visitar la República Checa. Según la Agencia Checa de Turismo serán más de 10.000 en total.

Praga durante las fiestas de Semana Santa, foto: CzechTourism

La República Checa, especialmente Praga, se inunda durante las fiestas de Semana Santa de turistas españoles. En España, a diferencia de otros países europeos, como por ejemplo la República Checa, el jueves y el viernes antes del Domingo de Resurreción, son días festivos. Para muchos Praga es un destino idóneo para esos cuatro días seguidos. Otros enlazan los dos fines de semana y probablemente combinen Praga con otras capitales europeas, o con otras ciudades checas de gran atracción turística como Český Krumlov o Karlovy Vary.

CzechTourism, la Agencia de Turismo Checa, afirma que para estos días seis compañías de viajes ibéricas diseñaron paquetes turísticos con vuelos chárter a Praga desde 15 ciudades españolas. Unos enlaces que se suman a los 50 vuelos regulares que hay cada semana del año entre Chequia y España, y que en total harán desembarcar a más de 10.000 españoles en solo una semana.

La alta presencia española de estos días en Praga no pasa desapercibida para los locales y ni siquiera para los propios turistas, como por ejemplo Virginia Casado, llegada desde Madrid.

“En todos los recorridos que vamos haciendo nos vamos encontrando con españoles de todos los puntos del país, andaluces, castellano-leoneses… El otro día ayudamos a un catalán a sacar un billete en el metro. Además aquí hay muchos ciudadanos de Praga que hablan en español sin ningún tipo de problema, y el nivel de comunicación en inglés es excelente”.

Foto: Štěpánka Budková

En 2010 casi 200.000 españoles visitaron la República Checa, siendo el décimo país desde donde más turistas llegan. De media los españoles pasaron en Chequia cuatro días y gastaron 51 euros por persona y día.

Para esta Semana Santa los paquetes turísticos ofrecían por lo general una estancia media de cuatro noches de hotel de tres, cuatro o cinco estrellas, con precios a partir de los 500 euros.