Jiří Stivín, una flauta y mucho jazz

Jiří Stivín es sin duda uno de los mayores flautistas checos. Ha sabido popularizar con maestría un instrumento, a primera vista, simple: la flauta dulce. Y a él dedicamos nuestra edición de hoy de Lunes Musicales.

Jiří Stivín

De aspecto bohemio, con su inseparable gorra y una barba más bien rala, Jiří Stivín no es un vendedor de imagen. Es un músico neto, entregado por completo a su música, un tanto contra viento y marea, porque él no se guía por los estilos musicales de moda. Interpreta simplemente lo que le gusta, lo que quiere.

Todo parece indicar que ningún instrumento de viento le es ajeno o indiferente. Al lado de los diferentes tipos de flautas dulces, Jiří Stivín toca flautas traversas, saxofón, clarinete y silbatos.

Dedicado a la música medieval, renacentista y barroca, Jiří Stivín grabó decenas de álbumes, entre los que destacan casi todas las obras para flauta dulce compuestas por grandes compositores como Telemann y Vivaldi.

Jiří Stivín es un invitado frecuente de las grandes orquestas de música clásica del país. Debemos señalar que prácticamente acompaña a los instrumentos más variados, como órgano y guitarra, sin olvidar a los grupos de música folclórica.

Actúa como solista y últimamente experimenta con música grabada de antemano. Al lado de la música antigua su otro gran amor es el jazz y por lo tanto la improvisación. Ha acompañado a las mejores bandas de jazz del país.

Además de músico, el flautista Jiří Stivín es compositor de bandas musicales para películas, música para obras de teatro e imparte clases en el Conservatorio de Praga. Es uno de los organizadores de talleres de jazz para jóvenes en diferentes ciudades del interior de la República Checa.

No todo en su vida ha sido música. Stivín estudió para camarógrafo, pero pronto descubrió la flauta dulce y se inscribió en cursos con los mejores profesores checos y después curs estudios en la Royal Academy of Music de Londres y en el Conservatorio de Praga.

En una entrevista Jiří Stivín dijo que "todos empezamos admirando e imitando a algún gran músico. Yo empecé imitando a Davis y a Desmond, después descubrí a Coleman y a Coltrane y así aparecieron muchos más. Traté de aprender sus técnicas para desarrollar una propia. Ahora trato de no caer en el virtuosismo o en la payasada. Disfruto cuando mi música flota libre e independiente, y a veces lo consigo".