¿Es de mal gusto el corazón de neón sobre el castillo de Praga?

Foto: CTK

Un enorme corazón de neón de 15 metros por 15 de tamaño se enciende cada noche sobre el castillo de Praga. Esta obra, instalada al lado del templo de San Vito, permanecerá sobre la sede del presidente checo Václav Havel, hasta el fin de su mandato, es decir hasta finales de enero de 2003.

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El artista, Jirí David, preparó su obra aproximadamente durante un año y el coste asciende a casi 70 mil euros. El corazón debe simbolizar uno de los lemas de Václav Havel durante la "Revolución de Terciopelo" en el año 1989 el de: "La verdad y el amor tienen que vencer a la mentira y al odio". El presidente checo suele adornar su firma con un pequeño corazoncito.

Sin embargo, la opinión pública está dividida en dos partes con respecto a dicha obra. Muchos artistas y protectores de los monumentos históricos critican el corazón que parpadea sobre Praga, de ser algo de mal gusto que debería adornar más bien un lupanar. A otros no les gusta que esté instalado en el castillo, como, por ejemplo, a Jana, una profesora de español checa.

"Bueno, la verdad es que el corazón me gusta mucho, pero creo que el lugar donde está no es el adecuado".

Por otra parte hay quienes lo admiran diciendo que es un símbolo de amor, entendimiento y bondad. El presidente Havel expresó que el corazón les gustó a todos los representantes y políticos que asistieron a la cumbre de la OTAN que tuvo lugar recientemente en la capital checa.

"Me alegro mucho de que el corazón estuviera encendido sobre el castillo durante la cumbre de la OTAN, porque este hecho subrayó que no se trató sólo de una sesión de altísimos mandos, mandamases y políticos, que vinieran sólo a almorzar y cenar, sino que se trató de la protección de las relaciones humanas fundamentales; del amor hacia el prójimo y de la libertad del ser humano. Y el que quiera puede ver ese símbolo en el corazón iluminado".

El propio creador de la obra, Jirí David, expresó que para él es un honor que la opinión de la gente esté dividida en dos partes, y que una obra artística siempre ofrece una variedad de interpretaciones con lo que la misma pasa a ser interesante.