En Cuba extrañan los productos checos

La relaciones comerciales entre Praga y La Habana distan mucho de lo que fueron en la época de oro de la llamada comunidad socialista internacional. Hoy el comercio ya no se rige por las normas del desaparecido Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), sino que por las leyes internacionales, pero en algunas ocasiones aparecen connotaciones políticas.

Cuando en La Habana uno habla de la República Checa, la mayoría de los cubanos trae a su mente el rico sabor de una cerveza checa, y de inmediato anota que es una lástima que ya no se venda en Cuba.

La nostalgia por los productos checos en Cuba es grande, por ejemplo, los ciudadanos común y corrientes recuerdan el cristal de uso diario, vasos, copas, o vajillas de porcelana. En algunas salas oficiales o casas de protocolo se pueden admirar todavía arañas o vajillas de cristal, con el sello de "Crystal de Bohemia".

En las provincias recuerdan las motocicletas Jawa y también los automóviles Skoda. Algunos expertos con gusto hablan de ciudades checas donde participaron en cursos de capacitación.

A pesar de que la República Checa y Cuba atraviesan relaciones bastante tensas en este momento, expertos checos sostienen que esta situación no siempre se refleja en el comercio bilateral. Jiri Chyba, director de la delegación de la empresa Skodaexport en Cuba, sostuvo que si bien es cierto que la tensión política se refleja muchas veces en los negocios, él considera que muchas veces el comportamiento de los cubanos es pragmático y en primer lugar les interesa el precio de los productos.

A pesar de que la empresa Skodaexport es la única empresa que permaneció en la Isla aún después de la desaparición del bloque socialista, todavía no dispone de garantías, como por ejemplo, protección de inversiones o eliminación de doble imposición.

El último gran convenio concertado por Skodaexport en Cuba data de 1997, se trató del equipamiento completo para la Central Felton, con una potencia total de dos veces 250 MW, por alrededor de 30 millones de dólares. El suministro de equipos terminó el año pasado y este año empezaron las primeras pruebas de la planta.

Según explicara el experto checo, en estos momentos está en juego un proyecto por 20 millones de dólares, que se disputan cuatro grandes empresas internacionales que tratan de ganar una licitación para participar en la modernización de los sistemas eléctricos de la Isla.

Hasta hace pocos años atrás la República Checa ocupaba un puesto clave en la industria eléctrica cubana, las tecnologías suministradas cubrían el 30 por ciento de las instalaciones.

La República Checa ha tenido grandes oportunidades comerciales también en la industria de la maquinaria, la siderurgia y el transporte. Por su parte, Cuba puede ofrecer, además de sus tradicionales cítricos, caña de azúcar, café, ron o tabaco, también productos farmacéuticos.

A pesar del relativo interés mutuo, las relaciones comerciales entre Praga y La Habana no se desarrollan de acuerdo a sus posibilidades reales. En los años 80 la extinta Checoslovaquia fue el segundo socio comercial más importante de Cuba. Pendiente permanece una deuda de 100 millones de dólares que Cuba debe a la República Checa.

Autor: Federico Picado
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