El Gobierno quiere reducir los impactos de la crisis energética

El Gobierno checo desea poner un tope a los precios de energía para los hogares, escuelas y hospitales. También quiere que se garanticen los precios de la electricidad para la industria, aunque ello conlleva el riesgo de ser considerado como un apoyo público no autorizado. Así lo dijo este domingo el ministro de Finanzas, Zbyněk Stanjura, en un programa de debates de la Televisión Checa.

El ministro señaló que le recomendará al Gabinete fijar los precios de la electricidad para la industria en 200 euros por cada MWh (megawat-hora). Esto les facilitaría a las empresas de producción seguir funcionando, aunque en condiciones limitadas, al menos los próximos dos años.

Stanjura agregó que existen numerosas variantes de cómo salir de los problemas ocasionados por la crisis energética, pero que, no obstante, habría que adoptar previamente enmiendas a las leyes respectivas.

Las eventuales nuevas medidas podrían entrar en vigor a partir de enero del próximo año, recalcó Stanjura.