El criminal de guerra A. Malloth es juzgado en Alemania por el hijo de un antiguo juez nazi

Terezin

Anton Mallot, apodado "el bello Toni" era uno de los guardianes más brutales de la prisión nazi de Terezín, en el Protectorado de Bohemia y Moravia, durante la Segunda Guerra Mundial. Durante 56 años Malloth había logrado escapar de la justicia y tan sólo esta semana acabó por sentarse en el banquillo de los acusados en Múnich. Sin embargo, los testigos checos en el proceso cuestionan la credibilidad del tribunal que juzga a Malloth ya que lo preside el hijo de un antiguo juez nazi.

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Anton Malloth, brutal y frío verdugo de la prisión de la Gestapo en la Pequeña Fortaleza de Terezín, acusado de triple asesinato y de un intento de homicidio cometidos entre 1943 y 1945, es hoy en día un frágil anciano de 89 años, en silla de ruedas. Los médicos constataron, sin embargo, que puede asistir al proceso. Pero surgió una nueva complicación: los medios de comunicación han averiguado que Jurgen Hanreich, el magistrado que preside el tribunal que juzga a Anton Malloth, es hijo de Otto Hanreich, un antiguo juez nazi de la ciudad de Litomerice, situada a pocos kilómetros de Terezín. Este hecho suscita preocupación tanto en la República Checa como en Alemania. ¿Es,efectivamente posible que el hijo de un magistrado nazi juzgue a un criminal de guerra?. Stanislav Motl, reportero de la TV Nova que sigue el caso Malloth, opina al respecto:

"Este interrogante tiene hasta una proyección filosófica. He podido comprobar personalmente que el Dr. Jurgen Hanreich es una persona honrada y un buen profesional, pero de empañar esta realidad se encarga la vida de su padre, Otto Hanreich, que en los años treinta fue muy activo en la desintegración de Checoslovaquia, militó en el partido nazi NSDAP y en sus destacamentos de choque SA. Su hijo argumenta que Otto Hanreich se fue a principios de 1942 al frente, pero los documentos ponen en evidencia que obtenía licencias y ello le permitía seguir desempeñando el cargo de magistrado en Litomerice. En el frente, Hanreich padre formaba parte de un consejo de guerra. En Alemania persiste el problema de la denacificación. Es como si en la República Checa el hijo de un fervoroso partidario del sistema totalitario juzgase los crímenes del comunismo," comenta el periodista Stanislav Motl.

La ex prisionera de Terezín y del campo de concentración de Ravensbruck, la checa Vera Zahourková, de 76 años, que había experimentado en carne propia las torturas de Anton Malloth, ha declarado que ha perdido toda la confianza en el tribunal alemán al enterarse de que el hijo de un juez nazi juzgaría al brutal guardián. Jan Munk, director del museo de Terezín que documenta los crímenes nazis afirma que los ex–presos que prestarán declaraciones ante el tribunal de Múnich albergan dudas acerca de la imparcialidad del mismo.