De la cerveza y la música a la calle más estrecha del país
Los checos consumen cada vez menos cerveza. Se redujo especialmente el número de aquellos consumidores que en un par de horas solían beberse más de diez jarras de medio litro de cerveza.
Aunque también es cierto que la cerveza sigue siendo la bebida preferida de los checos y que en cuanto al consumo de cerveza per cápita la República Checa encabeza la lista de países a nivel mundial.
Según un reciente estudio del Centro de Investigaciones de la Opinión Pública, el consumo semanal promedio de cerveza de un hombre adulto se redujo en el 2006 a tres litros y medio, mientras que todavía en el 2004 era de cuatro litros y medio. En el caso de las mujeres, mientras que en 2004 tomaban aproximadamente un litro de cerveza semanal en promedio, el año pasado el consumo fue de medio litro a la semana.
Los especialistas afirman que la reducción general del consumo de cerveza se debe especialmente a los jóvenes que, en comparación con la generación de sus padres, tienen otras costumbres de vida y otras prioridades de cómo aprovechar su tiempo libre. Y esas costumbres las fueron adquiriendo gracias a los profundos cambios democráticos operados en los últimos decenios en la sociedad checa.
Forma ya parte de la historia también la famosa afirmación de los checos en el sentido de que aquél Gobierno que encarecería la cerveza, iba a caer. Hoy en día, lo primordial para los amantes de esa bebida es el sabor y por una buena cerveza están dispuestos a pagar más.
El 90 por ciento de los hombres checos admite que bebe cerveza, unos más, otros menos. Además, muchos checos pasaron a consumir cerveza sin alcohol, cuyo consumo va creciendo. Las mujeres checas abandonan la cerveza, prefiriendo cada vez más el vino y bebidas sin alcohol, tanto frías, como calientes. Hoy en día consume cerveza de forma regular sólo el 12 por ciento de las mujeres checas.
Amplio interés despertó entre los checos la publicación Pandurango, de Jan Drbohlav y Michal Dvorák. Se trata de un libro de apuntes sobre la expedición del mismo nombre que se trazó por objetivo reunir testimonios sobre la música tradicional y contemporánea en el mundo actual.
En el marco del proyecto, cuyos preparativos llevaron varios años, un pequeño grupo integrado por cineastas y músicos checos, visitó siete países de cuatro continentes y rodó documentales sobre los estilos musicales que se practican en los mismos.
El año pasado, esos documentales fueron transmitidos con éxito por la Televisión Pública checa.
La expedición Pandurando visitó La India, Senegal, China, Marruecos, Australia, Brasil y Bolivia y según dijo en entrevista para Radio Praga el director de cine documental, David Sís, miembro de la expedición, las mayores vivencias las han experimentado en Bolivia y Brasil.
"En ningún otro lugar del mundo hemos encontrado gente tan amistosa y de tan amplio corazón como en América Latina. Tanto en Brasil como en Bolivia la gente nos invitaba a sus hogares y nos permitió conocer de cerca su íntima relación hacia la música. Las canciones tradicionales de los pueblos latinoamericanos son muy bellas. Hablan de amor, de la amistad, así como del dolor y de la muerte", sostuvo David Sís.
La era moderna, indudablemente, ofrece al ser humano muchas cosas positivas, al tiempo que otras van desapareciendo. Lo mismo ocurre con la música. Aparecen estilos nuevos y la música tradicional poco a poco va cayendo en el olvido, peligrando de desaparecer para siempre.Este hecho impulsó a los miembros de la expedición Pandurango a no vacilar en la realización de su singular proyecto. Como señalara David Sís, director de documentales, América Latina les convenció de que, independientemente de la aparición de nuevos estilos de música moderna, en esa parte del mundo los pueblos llevan la música tradicional muy dentro de sí.
"Efectivamente, en América Latina los habitantes se esfuerzan por conservar la música étnica. Es una relación muy diferente a la que se tiene frente a la música tradicional en Europa. En Latinoamérica la música se transmite de generación en generación y además, los jóvenes se interesan por los estilos de sus antepasados y a través de ellos se identifican con sus propias raíces. Es algo impresionante que en Europa no se ve. Lo mismo vale en cuanto a la capacidad de improvisación musical que tienen los latinoamericanos, quienes desde su nacimiento llevan el ritmo en la sangre", afirmó David Sís.
Un sinnúmero de historias que vivieron los miembros de la expedición Pandurango durante su recorrido por siete países de cuatro continentes, están descritas en el libro de apuntes que lleva el mismo nombre del proyecto. La publicación está acompañada de muchas fotografías que documentan los instrumentos musicales típicos de diferentes países del mundo y reflejan asimismo la vida cotidiana de los habitantes de los países visitados.
Además del libro y de los documentales presentados en la Televisión, a raíz de los nuevos conocimientos sobre la música en el mundo, Michal Dvorák, uno de los organizadores principales de la expedición Pandurango, quien además es músico profesional, tiene previsto otro proyecto. Quiere grabar un nuevo CD con sus canciones inspiradas en la música étnica de los países visitados.
Y ahora una adivinanza. A ver, amigos, si buscaran, por ejemplo, la calle más estrecha de la República Checa, sabrían hacia dónde dirigirse?
¡Que no! Pues les recomendamos viajar al Este del país a la localidad de Tisnov que se encuentra en las proximidades de la ciudad de Brno, y preguntar allí por la calle Kozeluzská.
Nos imaginamos que les costará pronunciar esa palabra, pero reconocerán que todo lo relacionado con algún fenómeno inusual, además de sus encantos suele tener sus puntos débiles.
La calle Kozeluzská tiene 49 metros de longitud y en su punto más estrecho mide sólo 77,5 centímetros.
A raíz de sus pequeñas dimensiones, la calle Kozeluzská fue inscrita en el Libro Nacional de los Records, administrado por la agencia Dobrý Den.
Según informó el alcalde de Tisnov, Frantisek Svoboda, hace poco fue colocada en la calle Kozeluzská una placa conmemorativa con la inscripción que acredita que se trata de la calle más estrecha de la República Checa.
Svoboda recalcó que todos los turistas son bienvenidos a esa calle, aunque las personas obesas deberían tratar de bajar de peso antes de viajar a Tisnov, ya que de otra manera podrían tener problemas al querer atravesar la calle Kozeluzská de un extremo a otro.
La estrecha callejuela se encuentra en la zona histórica del pueblo y surgió en la Edad Media. Durante fuertes lluvias la calle ayudaba a desviar el agua que venía del cercano monte de Kvetnice y llevarla fuera del pueblo.