Ciencia

Foto: La base de las Fuerzas Aéreas checas en Cáslav
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En esta edición les contaremos que rapaces adiestradas, como halcones y azores, prestan servicio en las Fuerzas Aéreas checas. Les hablaremos, además, del hallazgo de la estatuilla de una supuesta diosa persa que resultó ser una equivocación de los arqueólogos.

Rapaces adiestradas al servicio de las Fuerzas Aéreas checas

Foto: La base de las Fuerzas Aéreas checas en Cáslav
Las rapaces adiestradas impiden en la base de las Fuerzas Aéreas checas en Cáslav que se produzcan colisiones entre las aeronaves y las aves. Los choques con los aviones solían terminar con la muerte de pequeñas aves y con varios motores de las aeronaves dañados, pero gracias a las rapaces el año pasado la aviación militar no registró un solo caso de colisión con aves.

Cuatro halcones y el mismo número de azores tienen la misión de ahuyentar a estorninos, cuervos o faisanes. La colisión con estas aves representa particularmente para los cazas supersónicos un gran peligro. Cuando se produce un pequeño choque con el extremo de un ala no pasa nada, pero cuando el ave penetra durante la colisión en el motor, acontece que el piloto tiene que saltar de la aeronave.

Las rapaces suelen prestar servicio en las Fueras Aéreas entre ocho y diez años. El halconero militar Jirí Rybár no recuerda que alguna de las rapaces huyera de la base aérea de Cáslav. En caso de darse tal caso, los militares disponen de emisores especiales, capaces de localizar al halcón o al azor huido.

El entrenamiento de las rapaces para su misión en la base aérea requiere considerable paciencia. Los militares reciben las rapaces cuando éstas tienen apenas medio año y en los siguientes años pasan con ellas casi las 24 horas del día.

La base aérea de Cáslav, desde la cual operan, entre otros, los nuevos cazas Jas-39 Gripen, quisiera adquirir en el futuro águilas reales, capaces de ahuyentar del aeródromo militar también las liebres. En la actualidad utilizan águilas reales los aeropuertos de Praga y de Brno.

Los aeropuertos utilizaron también otros métodos para espantar a las aves, como música intensa, petardos o reproducción de las voces de rapaces. Sin embargo, las aves se acostumbraron pronto y las medidas resultaron ineficaces.


Hallazgo de una supuesta diosa persa resulta ser una equivocación arqueológica

Foto: CTK
La arqueología da a veces un tropezón. Una estatuilla de la diosa persa Anáhitá, considerada por los arquéologos del Museo de Bohemia Central como un original sellador del siglo quinto, ha sido confeccionada en el siglo 21. No se trata de un espectacular hallazgo, sino de una equivocación.

El ceramista Jirí Simunek de la localidad praguense de Dolní Mecholupy contó a la prensa que en 1968, utilizando un molde propio confeccionó para sus amigos varias réplicas de esta pieza. Él había recibido la estatuilla de su hermano fallecido, diseñador de la Empresa Cerámica de Teplice. Debido a que la parte baja de la pieza representa una vagina, en la casa de Jirí Simunek la tenían bajo llave para que no la vieran los hijos.

No obstante, hace cinco años la descubrieron los nietos adolescentes del ceramista e intentaron hacer vaciados de la estatuilla erótica. Las diosas que no les salieron bien las arrojaron a un contenedor con tierra procedente de unas obras. Todo indica que la tierra del contenedor llegó a un lugar, en las cercanías de Praga, donde se llevan a cabo investigaciones arqueológicas previas a la construcción de una ciudad satélite.

Allí fue descubierta la estatuilla de la supuesta diosa persa de fertilidad, Anáhitá, durante la exploración de una necrópolis de la época de la migración de los pueblos. Los arqueólogos han formado la hipótesis de que la estatuilla hubiera pertenecido a un jefe militar romano. Sin embargo, las burbujas en el costado de la estatuilla han revelado al ceramista Simunek que la pieza procede de su molde.

Jan Frolík del Instituto de Arqueología de la Academia Checa de Ciencias ha admitido que semejantes equivocaciones son más frecuentes de lo que pensamos.