Bohdan Sláma: fanfarria para el hombre común
Con solo tres largometrajes, Bohdan Sláma ya está entre los grandes del cine checo. Si con ‘Wild Bees’ (‘Divoké Včely’) ganó un premio en el Festival de Rótterdam en el año 2002 y despertó el interés de la crítica especializada, ‘Algo Parecido a la Felicidad’ (‘Štěstí’) fue su trampolín a la fama. La Concha de Oro en San Sebastián en 2005 y las más importantes distinciones nacionales le convirtieron en el cineasta joven del momento.
Historias simples y verdaderas de seres humanos comunes y corrientes. Eso ofrece el cine de Bohdan Sláma. Nada de efectos especiales ni de sangre y violencia innecesarias. Solo la vida misma.
En marzo pasado, durante la presentación de ‘The Country Teacher’ en el Festival Kosmorama de Trondheim, Noruega, Sláma habló sobre la esencia de su cine. Esto fue lo que dijo.
“Para mí lo más importante es el argumento. Lo que trato de hacer es contar una historia con personajes que tienen problemas normales, que cualquier ser humano puede tener. Y lo que me interesa es retratar personajes que no son grandes héroes, como esos de los filmes de Hollywood, sino seres de carne y hueso que tratan de encontrarse a sí mismos. Esa es la clave, lo que siempre estoy tratando de hacer”.
“Respecto a los actores de ‘Algo Parecido a la Felicidad’, sabía que la pareja central sería interpretada por Pavel Liška y Tatiana Vilhelmová. Eso se debe a que la película nació como un deseo de trabajar de nuevo con ellos. Reconocí sus habilidades y talento mientras hacíamos ‘Wild Bees’, y ansiaba y necesitaba mantener esa relación de trabajo. Por su parte, la integración de Aña Geislerová en el proyecto fue natural, no podía imaginar otra persona en ese papel, que se comprometiera como ella. Así que el casting estaba predestinado, de cierta forma”.
‘Wild Bees’ era una comedia absurda sobre la a veces monótona vida en un ambiente rural, en un pueblo del norte de Moravia, donde pareciera que no pasa nada. Pero muchas veces las apariencias engañan.
“‘Algo parecido a la felicidad’ es una película compacta, bien estructurada e interpretada y sin concesiones a la benevolencia. El filme es un gran retablo del infortunio humano en el que nunca se vislumbra el final del túnel. Madres solteras, maridos borrachos, indigentes, macarras... Una retahíla de desgraciados, reales como la vida misma, sin duda, presentados con tal densidad demográfica que la posible solidaridad de quienes los contemplan se ve empañada por el abatimiento”, comentó en su momento el crítico del diario español El País, Ángel S. Harguindey, sobre la película.
Cuando Bohdan Sláma recibió emocionado la Concha de Oro en San Sebastián, en septiembre de 2005, habló sobre su concepto de la felicidad.
“Mucha gente me ha preguntado hoy si me siento feliz. Pues no lo sé, todavía me siento como si todo esto no fuera real, es decir, obtener este hermoso premio. Pero sí sé que estoy feliz porque a través de este filme me he dado cuenta de que lo más importante entre las personas es la risa. Eso es lo que me hace feliz. Muchas gracias”.
También indicó que “la Concha de Oro ayudará a que se vea la película en España, donde todavía no tiene distribuidora. Y en otros países”. Algo similar ocurrió con ‘Wild Bees’, que ganó el Premio Tigre en el festival de Rótterdam, lo que le sirvió para encontrar un coproductor alemán para su segundo largometraje.
Sláma, además, intentó explicar un poco el argumento de su premiada cinta: “Todos somos humanos y lo que se ve en la película es una lucha humana, que le podría pasar a cualquiera de nosotros. Todos hemos estado enamorados y ese es el caso del personaje protagonista, interpretado por Pavel Liška. Y cualquier mujer puede imaginar una situación en la que tiene que elegir entre estar con sus hijos o con su amante”.
Curiosamente en San Sebastián, la actriz Aña Geislerová obtuvo la Concha de Plata a la mejor actriz, a pesar de que su personaje es más bien secundario. La verdadera protagonista es, junto a Liška, Tatiana Vilhelmová, quien fue reconocida por sus colegas nacionales con un León Checo por su papel.
En el DVD de ‘Algo Parecido a la Felicidad’, Bohdan Sláma explica por qué eligió un título tan curioso, en una película más bien cargada de drama y tensión.
En la misma entrevista, se refirió al argumento. Y sostuvo que él no eligió el tema, que la historia lo escogió a él. “Me sentí como un recadero o como un esclavo del argumento. Varias pequeñas historias se juntaron, formando la semilla de la película. Todo se unió espontáneamente”, indicó, para posteriormente analizar su metodología de trabajo.
“En una película todo depende de una cierta energía, que yace en la necesidad de narrar una historia. A través del propio trabajo uno va encontrando la forma y el estilo del filme. Claro que me gustaría saber por adelantado lo que voy a hacer, pero es mejor dejarse llevar por el instinto y dejar que las cosas se desarrollen por su cuenta, para que mantengan su alma. El estilo nace de eso y no de de cierta decisión que uno toma antes de filmar”.
‘Algo Parecido a la Felicidad’ tuvo un largo idilio con los festivales internacionales. Pero para Sláma, “la recepción más positiva fue ganar el Festival de San Sebastián, lo que es un gran honor para nosotros, todavía no podemos creerlo. Ese premio atrajo el interés de muchos otros países”.
Sin embargo, más que los premios, a Sláma le interesa la reacción del público.
Para confirmar que ‘Algo Parecido a la Felicidad’ no fue un accidente, Bohdan Sláma atacó el año pasado con un nuevo estreno, ‘The Country Teacher’. Un reputado profesor de ciencias de la capital, interpretado otra vez por Pavel Liška, su actor fetiche, llega a un recóndito pueblo a enseñar en la escuela local. El hecho despierta sospechas. ¿Qué hace un maestro tan distinguido acá? ¿Se esconde, huye de algo? Esas preguntas comienzan a aflorar entre los habitantes.
Pavel Liška de nuevo en el papel de un hombre común, con un pasado que cargar y una esperanza de futuro. Historias simples, con seres humanos de carne y hueso. Esa es la esencia del cine de Bohdan Sláma.
