Algunas marcas checas desaparecen, otras resucitan

Karosa y Jawa son algunas de las marcas checas tradicionales que han desaparecido recientemente y otras, como Zivnostenská Banka, lo harán este año. En cambio la popular bebida Kofola vive un sorprendente auge después de una interrupción de varios años.

Varias marcas o productos típicos checos dejarán de existir este año. Las fábricas o empresas que las producían pasaron a manos de inversores extranjeros, quienes decidieron sustituir los nombres viejos.

La compañía italiana Iveco, por ejemplo, canceló la producción de los tradicionales autobuses Karosa e introdujo nuevos modelos bajo nombres distintos. Algo similar pasó con las motocicletas Jawa. Ambas marcas tenían una gran tradición en Checoslovaquia, pero después de la derrota del comunismo no lograron mantenerse en el libre mercado.

Otro ejemplo es lo sucedido con Zivnostenská Banka. La casa financiera más antigua del país fue fundada en el año 1868. Después de ser comprada por el banco italiano UniCredit, en el año 2002, su nombre cambiará a pesar de las protestas de parte del público y también de empleados de la institución. "No utilizaremos la marca del banco, ni tampoco la venderemos", sostuvo Petra Kopecká, la portavoz del banco, en declaraciones al periódico Právo.

Al contrario, la marca Krusovice no se perderá. La compañía holandesa Heineken comprará la empresa que produce dicha cerveza, una de las cinco más populares en el país. Los responsables de Heineken han declarado que no tienen la intención de cambiar el nombre tradicional.

La bebida Kofola, muy popular durante los tiempos totalitarios, representa un ejemplo de resurrección. Los ciudadanos en aquella época no tenían acceso a bebidas extranjeras.

Kofola
No obstante, desde 1962 pudieron disfrutar de un producto similar, pero nacional. Al igual que otras marcas típicas checoslovacas, también Kofola dejó de ser atractiva en 1989, con la caída del régimen, y finalizó la venta del producto a raíz de la baja demanda.

A diferencia de los chicles Pedro y las bicicletas Eska, Kofola logró ganar nuevos clientes y en 1998 reapareció en las tiendas y bares. Hoy es el tercer mayor vendedor de bebidas no alcohólicas en la República Checa, después de Coca Cola y Mattoni.

También Avia, fábrica de furgonetas; ETA, fabricador de electrodomésticos; y Prim, productor de relojes, han conseguido recuperarse económicamente después de varios años de estancamiento.