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Nuevas precipitaciones de nieve se han registrado este lunes en todo el territorio de la República Checa. En la montaña Lysá hora, en la sierra de Beskydy, en el noreste del país, cayeron 12 centímetros de nieve. La nieve, placas de hielo y el viento huracanado dificultan el tráfico por carretera en la mayoría de las regiones del país. En algunas zonas tuvieron que salir incluso las máquinas quitanieve. Ésto a pesar de que, según el calendario, comenzó la primavera. Los meteorólogos afirman que las bajas temperaturas se mantendrán hasta el miércoles. Después volverán a subir y el lunes próximo deberían alcanzar los 14 grados sobre cero.

El Gobierno checo analizó este lunes las causas de las catastróficas inundaciones del año pasado y discutió cómo hacer frente con mayor eficacia a tales desastres naturales. El Estado se propone invertir más en el mantenimiento de estanques y presas con el fin de aumentar su capacidad para acumular agua. Se construirán barreras antiinundaciones ya que, según los hidrólogos, la República Checa podrá ser en el futuro azotada por lluvias todavía más intensas que aquellas que causaron las inundaciones del verano pasado.

En Praga se efectuó este domingo otra manifestación contra la guerra en Irak. A diferencia de las protestas anteriores, esta se efectuó en forma de un happening, incluyendo varias escenografías antibélicas. Los manifestantes ridiculizaron a los políticos checos que respaldan la guerra, así como al presidente de Estados Unidos, George Bush. La actividad fue convocada por la Inicitiva contra la Guerra, que es una organización cívica antibélica checa. Manifestaciones contra la guerra en Irak se efectuaron este fin de semana también en otras ciudades de la República Checa.

El primer ministro checo, Vladimir Spidla, sostuvo en un debate televisado que estima que el envío del hospital de campaña al Golfo Pérsico podría aprobarlo también el Parlamento sin mayores dificultades. Vladimir Spidla insistió en que negociaciones preliminares demuestran que entre los legisladores hay bastante apoyo. El primer ministro, que a la vez es líder del gubernamental Partido Socialdemócrata explicó que las negociaciones con la facciones parlamentarias empezaron antes de que el Gobierno apoyara unánimemente el envío del hospital de campaña a Irak. Por su parte, los legisladores han dado a conocer que no existe consenso en torno al envío del hospital de campaña a la zona de conflicto. Los comunistas anunciaron que están en contra y también algunos diputados de la coalición gubernamental, tanto socialdemócratas como demócrata cristianos. El primer ministro insistió en que el hospital de campaña es sin duda el mejor instrumento para brindar ayuda humanitaria en Irak.