Rasmussen en Praga: “La anexión de Crimea es la estrategia de Rusia para que los países de la zona no abracen Occidente”
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, se reunió la semana pasada con el Gobierno checo para demandar mayores gastos militares. La visita coincide con la escalada de tensiones en Ucrania en lo que el propio Rasmussen ha descrito como “el mayor problema de seguridad internacional desde el fin de la guerra fría”. Con él hemos hablado en Radio Praga sobre estas cuestiones.
Y es que mientras que los estatutos de la OTAN obligan a una inversión en Defensa equivalente al 2% del PIB, la República Checa apenas gasta la mitad en sus Fuerzas Armadas.
La visita de Rasmussen a Praga no pudo ser más efectiva de cara a la opinión pública checa, al coincidir con la crisis en Ucrania y la anexión de Crimea, que ha puesto en primer plano las pretensiones expansionistas rusas. De hecho la invasión soviética de 1968 y la consiguiente conversión de Checoslovaquia en un estado títere todavía está grabada a fuego en la memoria histórica de la población.
Es en este contexto cuando cabe revalorar la pertenencia de Chequia a la OTAN y su papel defensivo. En entrevista para Radio Praga, el secretario general resaltó este rol de la Alianza en el contexto de los últimos sucesos.
“Nunca he dudado del propósito de la OTAN. La Organización es una alianza que tiene como misión primordial el proveer una defensa efectiva y una protección a nuestros aliados. Y por supuesto la agresión rusa que hemos visto en Ucrania pone un énfasis extra en esta tarea, ya que muchos de nuestros aliados están preocupados por su seguridad. Esta es la razón por la que debemos mejorar nuestra defensa colectiva”.
La OTAN no intervendrá militarmente
“Mientras que la OTAN es importante en este asunto, tenemos que entender que no se trata de la única respuesta. Debería ser algo más amplio. No estamos discutiendo opciones militares. Pero si Rusia interviene de forma más profunda en Ucrania, habrá graves consecuencias para las relaciones con lo que podríamos llamar el mundo occidental, y no solo económicas. Más intervenciones en Ucrania llevarían en mi opinión a mayores sanciones, que tendrían un gran impacto en la economía rusa”.No obstante la OTAN seguirá colaborando con Ucrania en la medida de lo posible, prosiguió Rasmussen.
“No hay previsto el despliegue de tropas de la OTAN en territorio ucraniano, pero por su puesto una parte importante de nuestra respuesta a esta crisis es el refuerzo de nuestra cooperación con Ucrania, incluyendo la colaboración militar. Tenemos un acuerdo con Ucrania, y existe una comisión especial OTAN-Ucrania. Es en ese marco donde queremos desarrollar nuestra cooperación en cuanto a desarrollo de capacidad militar, apoyar la participación de Ucrania en ejercicios de la OTAN o reformas de Defensa en Ucrania”.
La manera de abordar todo el asunto cambiaría, según Rasmussen, si la Rusia de Putin se atreviera no solo con Ucrania, sino con algún país miembro de la OTAN.“Tenemos el famoso artículo 5, por el que un ataque a uno de los aliados será considerado un ataque a todos los miembros. Los rusos lo saben, así que dudo que tengan la intención de atacar a países de la OTAN. Pero esa es exactamente la esencia de todo esto: una disuasión fuerte y creíble es la mejor manera de evitar ataques, y esta es la razón de por qué estamos aquí ahora buscando la forma de reforzar nuestra fuerza y capacidad de disuasión colectiva”.
Precisamente poco antes de la entrevista, Rasmussen había conseguido del primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, la promesa de que se detendría la reducción de gastos en el capítulo militar y de que se buscarían apoyos políticos para incrementarlos. Y es que a pesar de su pequeño tamaño, la República Checa es importante para la organización, asegura su secretario general.
“Consideramos a la República Checa un aliado fiel. A pesar de su reducido presupuesto, los checos se han comprometido en nuestra operación en Afganistán y también a la operación K4 en Kosovo. Hoy solo expresé mis preocupaciones ante el problema de que la República Checa gasta demasiado poco en desarrollar de cara al futuro su capacidad militar”.
Un juego geoestratégico más allá de Crimea
La crisis ucraniana, seguida con preocupación especialmente en Chequia pero también en toda Europa en general, tiene para Anders Fogh Rasmussen un único responsable: la Federación Rusa, que trata de ampliar su esfera de poder.
“El objetivo general de Rusia es evitar que los países de Europa Oriental se vean atraídos por la integración con el mundo euroatlántico, es decir con la UE y la OTAN. Por ello Rusia está interesada en crear conflictos controlados, que se mantengan congelados o latentes en toda la región. Es el caso de Transnistria en Moldavia, de Abjasia y Osetia del Sur en Georgia, y en mi opinión también el de Nagorno Karabaj, en Azerbaiyán. El propósito de estos conflictos es evitar que estos países entren en la esfera euroatlántica. También obedece a los intereses energéticos rusos. Así que está claro que no hablamos solo de Crimea, sino de algo más”.Es por ello por lo que Rasmussen no se muestra optimista respecto a la resolución de la crisis ucraniana y el futuro de las regiones orientales de este país.
“No voy a hacer predicciones sobre las aspiraciones rusas, pero vemos que se está levantando un cinturón militar masivo a lo largo de la frontera ucraniana. Parece que hay unos 40.000 soldados rusos en estado de alerta, con capacidad de entrar en acción en cualquier momento, preparados para invadir Ucrania Oriental si se toma una decisión política. No sé lo que pasará al final, pero esas tropas no están ahí para entrenarse, están listas para entrar en combate”.
Anders Fogh Rasmussen, nacido en 1953, fue primer ministro de Dinamarca por el Partido Liberal, de carácter conservador, entre 2001 y 2009. Al término de su mandato pasó a ocupar el cargo de secretario general de la OTAN.