El Ayuntamiento de Praga ha retrasado de forma indefinida la apertura del túnel Blanka tras descubrirse que habrá que cambiar kilómetros de cables por estar dañados. Un retrasado de cinco años en su inauguración que ya ha costado a la ciudad y a los pragueneses millones de euros.
El túnel Blanka, foto: ČTK
Ni corte de la cinta inaugural, ni un fórmula 1 para atravesar por primera vez el túnel, ni atascos y, por supuesto, ni siquiera un solo coche para circular por el túnel praguense de Blanka. Y es que ante tantos problemas que está dando su construcción, el Ayuntamiento ha decidido posponer su apertura indefinidamente. El túnel, que optaba a ser el más largo de Europa central, tenía que haberse inaugurado en abril del año 2011, pero una especie de maldición parece haberse apoderado de él. La última de sus desgracias: cientos de kilómetros de cables nuevos dañados por el agua.
Foto: ČTK
Un retraso insoportable que no sólo ha acabado con la paciencia de los praguenses, sino que según revela el portal económico iHNed, se ha traducido en pérdidas millonarias para la ciudad. En total, se estima que la menor congestión del tráfico y la reducción de la contaminación acústica y de los gases de efecto invernadero durante estos años habrían supuesto un ahorro de cerca de 200.000 euros. Un ahorro no sólo para las arcas municipales, sino también para los empresarios y ciudadanos que se ahorrarían entre diez y 37 euros. Todo ello sumado a los 37 millones de euros que costará ahora cambiar toda la instalación eléctrica tras descubrirse gravísimos fallos en cientos de kilómetros de cables dañados por el agua que nunca debería haberse filtrado al interior del túnel.
Adriana Krnáčová, foto: Jan Langer, ČT24
La nueva alcaldesa de la ciudad, Adriana Krnáčová, que fue noticia recientemente cuando arremetió contra el arquitecto del túnel tachándole de "idiota", ha llamado a los legisladores para formar una comisión parlamentaria para llevar a cabo una investigación a fondo de lo que llama "la construcción problemática" del túnel.
