La vuelta al mundo en camión
Hace 30 años partió de Praga una expedición llamada “Una vuelta al mundo en un Tatra”. El viaje, que duró tres años, tuvo como objetivo propagar al fabricante del camión y la industria checa, en general, en el exterior. Los tripulantes, que se lanzaron al viaje bajo el régimen comunista, regresaron a casa tras los cambios democráticos, cuando la expedición prácticamente cayó en olvido.
Poco después cayó en Checoslovaquia el régimen comunista. La gente tenía otras preocupaciones y no se interesó mucho por el destino de la expedición. Stanislav Synek, que se había sumado a la misión como traductor, recuerda cómo se enteraron en el extranjero de la Revolución de Terciopelo.
“Uno de mis deberes era escuchar las transmisiones para el exterior de Radio Praga para averiguar las capacidades de sintonía en el mundo y para mantenernos informados. Pero nuestra radio nos la robaron en Guatemala, así que teníamos muy poca información sobre los acontecimientos en casa. Aunque parezca mentira, de la caída del régimen nos enteramos en la frontera de Malawi, donde nos sometieron a un riguroso control. En una radio local que tenían allí de repente escuché sobre la situación en Europa Oriental y se lo dije enseguida a mis compañeros. Pero desde ahí no teníamos muchas posibilidades para seguir el desarrollo de los acontecimientos”.
Detenidos en Guatemala
Uno de mis deberes era escuchar las transmisiones para el exterior de Radio Praga para averiguar las capacidades de sintonía en el mundo y para mantenernos informados.
Synek, que con motivo del trigésimo aniversario del viaje publica un libro para contar las aventuras que vivieron los tripulantes a lo largo del mundo, recuerda que en Guatemala la expedición vivió uno de los peores momentos de su viaje. La policía de ese país sospechó que eran espías y los retuvo durante nueve días en prisión.
“No nos hicieron daño, pero fue una experiencia muy desagradable. Más tarde nos dimos cuenta de lo que habría podido pasarnos en un país azotado poco antes por una dictadura y una guerra civil. Pero luego nos liberaron y uno de los prisioneros nos ofreció incluso servirnos de guía por la capital. Fuimos con él y de repente se disculpó diciendo que tenía que arreglar un asunto. Se fue a una funeraria y lo vimos en el patio hablar con alguien al lado de cinco ataúdes. Entonces bromeamos y dijimos que simplemente fue a cancelar el pedido de los féretros preparados para nosotros, que no iban a necesitar tras nuestra liberación”.
El Tatra despertaba mucho interés en todos los lugares y en algunos países incluso querían comprarlo y cambiarlo por otros vehículos locales. La tripulación vivió muchos momentos bonitos, aunque durante el viaje tuvo que combatir a veces el estrés de la convivencia, indica Synek.
La convivencia de cinco personas en un espacio tan pequeño como la cabina de un camión fue difícil.
“La convivencia de cinco personas en un espacio tan pequeño como la cabina de un camión fue difícil. Pero tampoco fue tan horroroso. A veces estacionamos en algún lugar y mis compañeros se fueron a una cervecería. Yo lo rechazaba siempre, aunque pudieran pensar de mí que era un aguafiestas. Pero en esos momentos pude disfrutar de una divina tranquilidad en el vehículo. Los compañeros además casi siempre regresaban peleados. Si la gente anda tan unida durante mucho tiempo, siempre que sea posible es bueno buscar la soledad”.
La expedición vivió también un momento trágico cuando murió uno de los tripulantes, el piloto de aviones ultraligeros František Jeniš, que se ahogó en un río en Pakistán después de que se volcara su lancha en la que navegaba con uno de los compañeros. Su cuerpo jamás fue encontrado.
Una nueva aventura
Después de treinta años de la expedición original, la hazaña de los viajeros inspiró a otros aventureros checos para tratar de repetir el viaje y dar la vuelta al mundo en un Tatra. Con la propagación de la expedición les ayuda también Stanislav Synek, el único superviviente de la tripulación original.“Les ayudamos con la promoción en la ciudad de Kopřivnice. En el museo local exhiben nuestro camión. ¡Casi se me había olvidado lo grande que era! En mis recuerdos se encogió. Si tengo la oportunidad, quisiera sumarme por lo menos a una parte de la expedición. Me gustaría recorrer Siberia y Mongolia”.
La expedición, que tiene previsto recorrer un total de 270 000 kilómetros por el mundo, partirá de la República Checa el 22 de febrero de 2020.