Museo al Aire Libre de la Arquitectura Popular en Zubrnice

A continuación les invitamos a visitar otro interesante lugar de la República Checa. Esta vez les conduciremos a la aldea de Zubrnice, en Bohemia del Norte, parte inseparable del singular Museo al Aire Libre de la Arquitectura Popular de la región.

En medio de una región de estrechos valles y empinadas montanas, oculta entre las montañas del Macizo de Bohemia, se encuentra la aldea de Zubrnice. Para llegar a la misma es recomendable iniciar el viaje en la ciudad de Ustí nad Labem, centro administrativo e industrial de Bohemia del Norte. Desde allí hay que tomar un camino en dirección Este y, después de recorrer unos 20 kilómetros en auto por una estrecha y sinuosa carretera, se llega a la aldea de Zubrnice, nuestra meta de hoy.

La aldea de Zubrnice, cuyo surgimiento los historiadores lo sitúan en las postrimerías del siglo XI y que hoy tiene unos 200 habitantes, no despertaría el mayor interés de los visitantes, de no ser.....

.... porque una parte de la misma fue transformada en Museo al Aire Libre de la Arquitectura Popular. La exposición abrió sus puertas al público el 22 de septiembre de 1988, como el menor de los museos de su género en el país.

El surgimiento del Museo de la Arquitectura Popular de Zubrnice, fue más bien casual... Todo comenzó cuando en 1975 las autoridades de la región decidieron demoler una antigua granja de la aldea de Zubrnice y también la iglesia de María Magdalena, originalmente de estilo gótico y reconstruida posteriormente en estilo barroco.

A la intención de las autoridades oficiales, que insistían en que el estado de las obras era tan malo que su reconstrucción no era recomendable, se opusieron enérgicamente los habitantes de la aldea, siendo apoyados por el Centro Regional de Atención a los Monumentos Histórico-Culturales.

Los esfuerzos por salvar la iglesia y una de las fincas de Zubrnice, constituyeron el primero de los impulsos que desembocarían en la elaboración del proyecto de creación de un museo al aire libre de la arquitectura popular en Zubrnice. Gracias al apoyo que brindaron al proyecto varias instituciones públicas, la administración de la región desistió de su plan original de demoler los edificios y terminó por aprobar el proyecto.

En la aldea checa de Zubrnice experimentamos la sensación de encontrarnos en la campina checa de las postrimerías del siglo XIX. Al llegar a la plazoleta local atrae nuestra atención la reconstruida iglesia de María Magdalena, cuya silueta domina la aldea. Nos rodean, a la vez, pintorescas casas campestres, en su mayoría de madera, en cuyas cercanías destaca un singular pozo barroco, y a cada paso descubrimos otras obras y mecanismos raros que otrora sirvieron a nuestros antepasados.

En una de las casas de Zubrnice se expone un pequeño barril de madera.....A primera vista se asemeja a los barriles usados para el vino, pero de menor tamaño... Cuál no fue nuestra sorpresa sin embargo, cuando una de las guías del Museo de la Arquitectura Popular nos explicó que se trataba de una máquina de lavar de las usadas en el siglo XIX..... ¡Quién lo hubiera imaginado...!

A estas alturas del año, o sea, el otoño en Europa, los visitantes de Zubrnice pueden ayudar en las faenas del campo: en la cosecha del trigo y su trilla con un mayal, en la cosecha y procesamiento del lúpulo que posteriormente es aprovechado en la fabricación de cerveza, en la colocación de manzanas y peras en la enorme secadora local y en otros trabajos... El secar las frutas para conservarlas por largo tiempo y luego aprovecharlas en la pastelería era algo muy típico en el campo checo en los siglos pasados.

Por experiencia propia podemos confirmar que los pasteles que se preparan según las recetas de nuestras bisabuelas, a base de manzanas y peras secas, posteriormente rayadas o, nuevamente remojadas, son verdaderamente sabrosos.

En el Museo de la Arquitectura Popular fundado en la aldea checa de Zubrnice se conservan también antiguas casas de vivienda, con muebles y decoraciones típicos del siglo XIX. Todo es muy sencillo pero instructivo. En una de las casas encontramos en un rincón un antiguo huso y un hermoso mecedor de madera en forma de caballito para niños pequeños. También encontramos muebles tallados y con pinturas a todo color. En fin, el ambiente acogedor de las viviendas nos hace pensar que sus duenos acaban de salir para realizar alguna gestión, pero que regresarán pronto.

Cabe decir que varias de las construcciones que actualmente se encuentran en Zubrnice, fueron trasladas a la aldea desde otros lugares de Bohemia del Norte. Ese fue, entre otros, el caso del molino local, de más de 200 años de antigüedad y que hace algún tiempo fue trasladado a Zubrnice desde la cercana aldea de Týniste y sometido a una profunda restauración. Gracias a la misma, muy pronto las instalaciones del molino podrán ser puestas en funcionamiento y servir para las faenas agrícolas.

La antigua estación de trenes en las afueras del poblado y el extenso jardín local en el que son cultivadas más de 60 especies de plantas medicinales, completan la imagen de la aldea de Zubrnice, un fidedigno exponente de las aldeas checas de las postrimerías del siglo XIX.

Llama la atención del visitante el hecho de que todo el poblado de Zubrnice no se haya convertido exclusivamente en museo, sino que además de esa cara de la moneda está también la otra, caracterizada por la vida normal que en una parte de la aldea llevan sus aproximadamente doscientos habitantes y que poco se distingue de la vida en otros poblados de la República Checa.

Por otro lado, la dirección del Museo al Aire Libre de la Arquitectura Popular de Zubrnice se esfuerza por atraer, además de profesionales, a estudiantes de escuelas de orientación artística y de historia, y a jóvenes artesanos, para la realización de las obras de restauración y conservación.

Frantisek Ledvinka, director del Museo de Zubrnice, considera importante la cooperación con los estudiantes en el mantenimiento de centros semejantes. "Esas labores - sostiene el señor Ledvinka - enriquecen a los jóvenes al proporcionarles nuevas experiencias y crearles una relación positiva hacia el trabajo de nuestros antepasados. A la vez, estos jóvenes merecen un alto reconocimiento de nuestra parte por trabajar gratuitamente y con un entusiasmo que podemos envidiarles", sostuvo el director del Museo de Zubrnice, Frantisek Ledvinka.

Aquí finalizamos nuestra visita a la aldea checa de Zubrnice, en Bohemia del Norte, y la de su Museo al Aire Libre de la Arquitectura Popular. ¡Hasta otra ocasión!


Más sobre la arquitectura popular pueden Uds. encontrar en las páginas web www.lidova-architektura.cz.