Lukáš Klánský tiene el piano en la sangre
El pianista checo Lukáš Klánský es uno de los músicos más talentosos de la joven generación.
Lukáš Klánský es miembro de la agrupación de cámara Lobkowicz Trio, pero actúa también como solista, o acompañando a los violinistas Jan Mráček y Václav Hudeček. Ha tocado el piano en público asimismo junto con su padre, el destacado pianista y profesor de música Ivan Klánský.
Desde una temprana edad, el joven Klánský fue dando testimonios de su amplio talento que, junto con su amor a la música y su firme voluntad y deseo de seguir mejorando la técnica del piano, lo llevó a la cúspide. La crítica lo calificó como uno los mejores músicos nacionales de la joven generación.
Esto, junto con varios premios en concursos internacionales, le abrió el camino profesional, llegando a ser invitado a actuar en la República Checa, así como en otros países europeos, entre ellos en Alemania, Francia, Suiza e Italia, así como por ejemplo también en la República Sudafricana y Turquía.
Con mayor frecuencia Klánský actúa con la agrupación de cámara Lobkowicz Trio, integrada además por el violinista Jan Mráček, y el violonchelista Ivan Vokáč.
En otoño de 2013, el pianista asistió con su padre Ivan Klánský a un festival internacional de piano en Praga, donde interpretaron en conjunto ‘Las Danzas Eslavas’, de uno de los más célebres compositores nacionales, Antonín Dvořák. Su concierto fue grabado entonces por la Radiodifusión Checoslovaca y en noviembre de 2014 salió en CD.
El pianista Lukáš Klánský suele acompañar asimismo al violinista checo, Václav Hudeček, y esto tanto en conciertos individuales, como en la Academia de Václav Hudeček, que se celebra todos los años en verano en el balneario de Luhačovice. Los dos no vacilan en ofrecer conciertos benéficos, por ejemplo en ayuda a organizaciones que brindan servicios a niños discapacitados, o en casas para ancianos.
Como si todo eso fuera poco, Klánský enseña piano en el Conservatorio de Pilsen y en la Escuela de Música de la Capital Praga. El tiempo que le queda lo reparte entre su familia y su gran afición, que son los automóviles históricos.
