"Los checos y la lectura"

El refrán que reza "cada checo, un músico", ya no vale sólo para la música. Sin exagerar -porque nos apoyan las estadísticas- podemos afirmar que "cada checo, un lector". Y precisamente a la afición -casi pasión- de los checos por la lectura nos referiremos ahora.

El checo medio lee todo lo que le cae a mano, en el mejor sentido de la palabra. Basta con viajar en el metro de Praga aunque sólo sean dos estaciones para percatarse de ello. La mayoría de los viajeros aprovecha el trayecto para leer periódicos, sobre todo, pero también libros y revistas, aunque para lograrlo tengan que hacer verdaderos malabares de equilibrio si no viajan sentados sino de pie, sosteniendo el objeto de lectura, el bolso y hasta las compras en una mano, y sujetándose con la otra. Viajar en metro o tranvía leyendo es tan típico de Praga como el dorado de sus cúpulas, torres y agujas.

De que los checos son verdaderos "ratones de biblioteca" documentan las estadísticas: los checos son la nación de Europa que más lee e invierte en la compra de todo tipo de literatura, y ello a pesar del abrupto encarecimiento de los libros y demás publicaciones en los últimos 10 años. A nivel mundial los checos ocupan el segundo lugar de la escala de lectura, aventajados sólo por los neozelandeses, según datos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico.

Pero en su pasión por la lectura los checos no han sucumbido, de momento, ni al internet, ni a la palabra hablada. A pesar de los "milagros" que casi a diario hacen las emisoras radiales para hacerse con nuevos oyentes, el checo medio sigue prefiriendo leer que escuchar.

Según las estadísticas, cada ciudadano checo compra tres libros al mes como mínimo, y cada familia tiene su propia biblioteca. Y cuando el afán de lectura amenaza el presupuesto familiar, recurren a las bibliotecas, que hay tantas como cúpulas en el país.

Sin contar las bibliotecas escolares, al término del año 1999 en la República Checa había registradas 7 157 bibliotecas públicas y 10 bibliotecas científicas. Hasta la fecha mencionada las públicas contaban con 1 347 000 lectores regulares registrados, y las científicas con 151 000. Y para que la magnitud de estas cifras pueda apreciarse mejor hay que decir que este país sólo tiene 10 millones de habitantes.

Nada, amigos, que "cada checo, un músico, pero también un ratón de biblioteca y un buen bebedor de cerveza". Buena conclusión para este A Toda Marcha.

Autor: Mónica Villegas Gallego
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