Los checos no entienden el hermoso arte de la siesta

En algunos países, dormir la siesta es un derecho casi sagrado. De lo que se trata originariamente es de descansar en la llamada hora sexta, de ahí el nombre, tomado del latín, que es ese período después del almuerzo en la que el cuerpo necesita recuperar fuerzas para poder seguir trabajando. Pero los checos no entienden eso.

¿Siesta? ¿Qué es eso? ¿Cómo alguien puede dormir en la mitad del día? ¿Qué de provechoso tiene una siesta? Preguntas como esa deben responder obligadamente los latinoamericanos residentes en la República Checa que entablan algún tipo de relación con los locales.

Eso le pasó a Felipe, por ejemplo, estudiante chileno de 18 años, que reside una temporada en Praga, en régimen de intercambio, y vive con una familia de acá. Una de las primeras cosas que le preguntaron cuando llegó fue acerca de la siesta.

“Y la siesta, nadie conoce la siesta acá, nadie entiende el concepto de la siesta, por qué una persona va a estar durmiendo en la mitad del día. Yo en Chile dormía siesta pero acá no, te miran feo. Qué provechoso sacas tú de dormir, no estás produciendo nada”.

Felipe tiene la impresión de que los checos creen que todos los latinoamericanos son flojos y por eso duermen siesta. “Lo que no saben es que la siesta la inventaron los españoles, europeos como ellos, y que desde allí fue llevada a nuestro continente”, explica.

Y lo otro que no saben es que también se duerme siesta en países tan disímiles como India, China, Filipinas, Grecia y un largo etcétera.

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