“Los checos buscan en mi obra paralelos históricos”

Mario Ismael de la Paz Roa (Foto: Gonzalo Núñez)

“Me afilio al realismo socialista como medio de expresión porque es mi temperamento, pero poniéndole mi sello personal”, dice el pintor cubano Mario Ismael de la Paz Roa. Su obra se puede ver estos días en la exposición “El viaje, el miedo y otros secretos” en la Galería VisioArt de Pilsen.

¿Cómo reacciona el público checo a tu estilo, precisamente a este realismo socialista, porque es un estilo vinculado aquí con los años 50, 60, con la propaganda del régimen anterior?

“La experiencia que he tenido, que por supuesto no ha sido mucha hasta el momento,… Pues, los checos reaccionan con mucha expectativa, un poco de verse identificado con lo que se vivió en este país y hacer un paralelo con lo que se ha vivido en Cuba y con la formación cubana. Creo que no hay mucha diferencia, pero sí hay puntos donde se concuerdan y otros puntos donde realmente es completamente novedoso porque la Revolución cubana fue un fenómeno que se ha diferenciado de muchas cosas. Entonces, reaccionan de esta manera buscando en una obra puntos de referencia histórica y buscando en otra información de cómo ve un artista cubano el fenómeno de Cuba, cómo lo representa y qué quiere decir en su obra. Creo que es lo más importante”.

¿Hay un suceso histórico que te ha marcado, que reaparece en tu creación artística?

“En esta exposición está muy marcado el problema de asumir una filosofía marxista como religión prácticamente y el otro, el problema de la emigración del cubano que es completamente diferente a la emigración que puede existir en cualquier otro país. Es increíble que cada, no sé, cinco cubanos, tres piensan en emigrar para cambiar su vida y no quedarse. Y ese fenómeno ha marcado, ha marcado mucho mi vida y ha marcado mucho mi obra como tal porque el cubano que se queda, se queda pensando en el que se va de una forma u otra para poder ayudar. Reitero: con un desespero el cubano sale a toda costa y arriesgando todo incluso su vida para poder llegar a otra solución de vida en sentido general”.

¿Durante tu estancia en la República Checa se te ha ocurrido cambiar la temática de tu obra? ¿Cómo reflejar la realidad checa?

“De momento he estado pintando todo lo que no pude pintar en Cuba. Y he estado diciendo y comunicando lo que no he podido comunicar estando en Cuba. Pero evidentemente hay cosas que uno debe de ir superando y nuevas temáticas han ido apareciendo. Pienso en un nuevo proyecto que ya tiene mucho que ver con el agradecimiento hacia el pueblo checo y hacia las autoridades checas de haberme permitido la posibilidad de estar acá y de expresarme libremente. O sea es una temática que lleva como título a las sombras del castillo, que es mi nueva línea, mi nueva propuesta de trabajo, de obras para el pueblo checo. Vamos a ver qué pasa dentro de unos seis, siete meses veremos una nueva exposición con esta nueva temática”.

Además de pintar ¿tú te dedicas también a tu otra profesión que es la restauración de obras artísticas y de muebles?

“Claro, yo en La Habana me he graduado después de seis años en el Instituto Superior de Arte como restaurador de obras de arte. Y sí me dedico a ello aunque acá no he tenido la oportunidad de un poco insertarme en el medio, también teniendo en cuenta el poco tiempo que llevo de estancia aquí”.

Te dedicas también a la restauración de instrumentos musicales antiguos…

“Pues, claro. Sí, mi tesis de grado, de fin de curso de la universidad fue específicamente la restauración de un instrumento musical antiguo. Esta es mi segunda, podríamos llamarle, vocación, mi segunda vida, que es la de músico. Pues, toco un poco la gaita gallego, en checo sería la ´dudy´. Me encanta la música y la restauración de los instrumentos musicales para mí es un universo, me fascina”.

¿Y has probado aquí ya tocar la gaita checa?

“La gaita checa, no he tenido la oportunidad. Pero me he traído de Cuba mi gaita gallega y sí la he tocado mucho acá”.

¿Le gustó a la gente?

“Bueno, he tocado entre amigos, he tocado en parques. Pues, le gusta mucho la gaita porque es algo tradicional. Pienso que todas las personas siempre se arraigan a lo tradicional de una forma de memoria histórica de su pueblo, de su vida, de su cultura”.