La vida cotidiana en el Séptimo Hospital de Campaña checo en Basora
El Séptimo Hospital de Campaña checo dislocado en la ciudad iraquí de Basora cumple bien con su misión, la de prestar asistencia médica y contribuir a la seguridad en Irak. Pero, ¿Cuál es la atmósfera en la base? ¿De qué hablan los soldados checos y con qué sueñan? Radio Praga conversa con Rodrigo Morales, reportero de la Televisión Checa que en Basora rueda un documental sobre el hospital.
La familia y la distancia que los separa de su hogar, estos son los dos temas más frecuentes de la conversación entre los soldados checos.
"Se habla mucho de la familia y de lo bueno que sería estar en un jardín, en la casa del campo, en la casa de descanso, tomando una cerveza fresca y pasando un poco de frío, con 35 grados. Esta es una broma porque en realidad en la República Checa esto es mucho calor. Es muy importante que los soldados frecuentemente recuerdan a sus mujeres, a sus hijos, a sus novias. El tema de los soldados son, por supuesto, las relaciones entre el hombre y la mujer en general que a veces pueden pasar momentos críticos porque estar fuera de casa durante cinco o seis meses puede resultar en algunos casos bastante destructivo en cuánto a las relaciones familiares. Muchas uniones y amores sufren y se destruyen por tener que cumplir las tareas militares".
Rodrigo dice que hay momentos divertidos porque el humor es una práctica permanente para superar el calor y los momentos críticos.
"Pero también los momentos molestos son omnipresentes. Molesto es tener que cambiarse tres veces al día o andar con la ropa completamente mojada por el sudor. Es molesto tener la sal que se te seca en la piel y cuando uno no puede evitar las picaduras incesantes de los mosquitos que andan por aquí. Es molesto tener que pensar que una bala te puede alcanzar en la cabeza. Y podemos decir que el momento divertido es que cuando a alguno se le ocurre que sería bueno caminar por la base usando un paraguas de acero".
A veces las temperaturas sobrepasan los cincuenta grados a la sombra, lo que limita las actividades que los soldados pueden hacer en su tiempo libre.
"Cuando hay algún tiempo libre, los muchachos juegan al fútbol de mesa, miran la televisión, tienen una biblioteca, algunos van y consultan al psicólogo o al capellán de la base. El descanso y el tiempo libre es algo que transcurre en las horas nocturnas porque es imposible moverse mucho bajo el sol, tan achicharrante y quemante aquí en Basora".
Cuando Rodrigo no filma, enseña el español. Los soldados que vienen a sus clases lo toman como una terapia y un momento de relajamiento que les ayuda a olvidar del sol y temperaturas pesadas.
"Estamos en las partes básicas, partiendo de los pronombres y del verbo ser y estar. Y por supuesto, de vez en cuando aprendemos algunas frases jugosas. Me preguntan de cómo pedir una cerveza, cómo se dice 'te quiero' o 'eres una muchacha bonita'. Pero uno me ha incluso preguntado qué significa la expresión mexicana '¿Qué onda, guey?'."