La República Checa y el mundo dieron su último adiós a Václav Havel
Políticos y ciudadanos checos, así como representantes de numerosos países del mundo dieron su último adiós este viernes al ex presidente checo, Václav Havel, protagonista de los cambios democráticos en el país en 1989, quien falleció el pasado 18 de diciembre a la edad de 75 años. La ceremonia fúnebre, acompañada de una misa se efectuó en la catedral de San Vito, en el Castillo de Praga.
La misa en la Catedral de San Vito fue oficiada por el arzobispo Dominik Duka, quien recordó que Havel tenía el don de despertar la esperanza entre las personas, el don de la unidad. “En los últimos días Havel dijo en repetidas ocasiones que no había que temer ni al año nuevo ni a la crisis, siempre y cuando estemos unidos”, recordó el arzobispo.
El presidente checo, Václav Klaus, destacó los enormes méritos de Havel por el desarrollo del país.
”Se marchó el presidente, político, intelectual, artista. Se marchó una persona que recordaremos con agradecimiento, estima y respeto. La expresión se marchó hace recordar la última obra teatral y película de Havel, titulada ‘La Retirada’. Es cierto que con Havel desaparecieron muchas cosas, pero otras quedan, gracias a las posturas consecuentes que Havel mantuvo durante toda su vida”.
Según Klaus, tampoco desaparece la idea de Havel de que la libertad es un principio universal y si se la quitan a alguien en cualquier lugar del mundo, ello pone en peligro también nuestra libertad. Sigue viva la idea de que la palabra tiene un gran poder, que puede matar así como curar, causar daño y ayudar, que es capaz de cambiar el mundo.
El mandatario checo destacó que Havel fue una de las personas que durante toda su vida se empeñó por llevar esas ideas consecuentemente a la práctica.
”Algunas personas están predestinadas para identificarse con esos ideales y consagrarles toda su vida. Václav Havel fue una de esas personas. Somos una nación pequeña que no tiene personalidades relevantes en abundancia. A pesar de ello hemos permitido frecuentemente que su obra y legado sean deformados y despreciados. Estoy convencido de que eso no le espera a la obra de Václav Havel. Pero eso depende ya sólo de nosotros”.
Entre los políticos destacaron el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, el presidente de Eslovaquia, Ivan Gašparovič, la Secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, el ex presidente Bill Clinton, el primer ministro británico, David Cameron, y la antigua jefa de la diplomacia estadounidense Madeleine Albright, quien subrayó que nunca olvidará la amistad que les unió.
“Durante los últimos 20 años fue uno de los hombres más respetados del planeta. Pero él siempre consideró que debía hacer más de lo que había hecho. Pocos podían ser más checos de lo que fue Václav Havel. Pero su ingenio, bondad, sabiduría y la profundidad de sus ideas valían para todos. Tuve la suerte de disfrutar de su amistad. Le vamos a echar muchísimo de menos, pero nunca, nunca, le olvidaremos”.
Miles de personas firmaron el libro de condolencias en la capilla ardiente, primero en la antigua iglesia de Santa Ana y después en la Sala Vladislao en el Castillo de Praga, sede presidencial.
Libros de condolencia fueron firmados por los ciudadanos en todas las ciudades del país, al tiempo que hombres y mujeres de todas las edades colocaron flores y velas al pie de la estatua de San Venceslao, patrono de los checos, en la plaza del mismo nombre en Praga.
Monumentos improvisados, con una imagen de Havel haciendo la señal de la victoria, surgieron en los más recónditos lugares del país, todos quisieron rendir algún homenaje al dramaturgo, antiguo disidente y presidente que lideró la Revolución de Terciopelo en 1989 y que puso fin a más de cuatro décadas de comunismo en Checoslovaquia.
La mayoría de los mensajes y palabras que dedicaron los ciudadanos al ex presidente fueron de agradecimiento. Se trató de un reconocimiento espontáneo y profundo, un agradecimiento por el hecho de devolver la libertad, la democracia y la esperanza de una vida mejor en libertad.
La muerte de Václav Havel representó un duro golpe especialmente para sus familiares y amigos. Uno de ellos, el director de cine Miloš Forman, compartió sus recuerdos de Havel con la Radiodifusión Checa. Forman recordó que conocía a Havel desde la infancia y destacó que gracias a la política de Havel, Chequia nuevamente volvió a figurar en el mapa mundial. Para el cineasta, la muerte de Havel significa una gran pérdida, según dijo.
”Tanto yo como los demás amigos de Havel, hemos perdido a una persona que nunca vaciló y no tuvo miedo de promover los ideales en los que creía, en contra de la voluntad del poder político. Recordemos que Havel encabezó dos importantes sucesos. En primer lugar, la caída del comunismo, sin un solo disparo. Y en la fase posterior se desmoronó Checoslovaquia, también sin un solo disparo. Gracias a Havel y a su política, Chequia llegó a figurar nuevamente en el mapa del mundo, porque hasta entonces fuimos sólo un satélite de Moscú. Volvimos a pertenecer a los Estados democráticos, lo que es sumamente importante”, sostuvo Forman.
Otro de sus grandes amigos, el ex presidente de Polonia, Lech Walesa, agradeció al destino que le había dado la oportunidad de conocer a Havel.
Después del funeral de Estado, Ivan Havel el hermano del ex mandatario organizó un homenaje a la medida del ‘ciudadano Havel’.
En el Palacio Lucerna importante centro cultural de la capital checa, construido por su tío, se preparó para recibir a grupos de rock nacionales y a algunas bandas y solistas extranjeros para rendir un tributo a uno de sus mayores fans.
Václav Havel fue un gran aficionado a la música rock. Siendo presidente invitó a Praga a cantantes como Frank Zappa, Lou Reed y a los Rolling Stones. De otro estilo de música le gustaban Paul Simon, Joan Báez y Suzanne Vega, esta última también presente en el concierto.
Entre los grupos nacionales más cercanos a Havel destacó The Plastic People of the Universe, perseguidos y reprimidos por el régimen comunista. Su aprecio por ellos fue tal que durante su primera visita oficial a EE.UU. los llevó y tocaron en la Casa Blanca.
