La experiencia de viajar vista desde cinco perspectivas diferentes

El Instituto Cervantes de Praga acoge desde esta semana la exposición fotográfica De viaje, un conjunto de cinco proyectos de distintos autores que abordan la experiencia de viajar desde puntos de vista diferentes e incluso opuestos.

La fotografía ha estado unida al viaje desde su nacimiento. Desde que se inventó ha servido para documentar el viaje y traer consigo algo de él, apropiarse de un recuerdo, de una experiencia. O, al revés, el viaje ha sido el medio para alcanzar el objetivo final: realizar un proyecto fotográfico. En la exposición De viaje tenemos ambas facetas.

El proyecto de los brasileños Ana Paula Paiva y Fernando Martinho tiene un hilo conductor claro, su hijo Joao, un bebé que crece durante un largo viaje de seis meses por Latinoamérica. De esta manera, el observador puede ver como el pequeño cumplió su primer año de vida en Bolivia o dio sus primeros pasos en Perú, como nos comentó el curador de la exposición, Horacio Martínez.

“Este sería un caso en el cual es una experiencia privada. En principio era marcar a ese niño para que tuviera contacto con un mundo desde su nacimiento y a la vez hacer estas fotografías. Las dos cosas. E incluso comunicar a tiempo real porque Fernando y Ana Paula hicieron un blog en Internet donde iban metiendo las fotos más o menos conforme las hacían”.

En el otro lado tenemos el proyecto fotográfico No era aquí, del español Juan Valbuena. Se trata de una colección de fotografías tomadas en diferentes ciudades portuarias mediterráneas, desde Barcelona a Estambul. El objetivo no es documentar, sino realizar una composición artística, como nos explica Martínez.

“Juan Valbuena hace sus viajes para obtener fotos. Y él no sale en las fotos, ni nada que se le parezca. Él está buscando encontrar imágenes que a él le parezca que recuerdan un mundo a medias entre las novelas policiacas y la poesía. Con fotos en blanco y negro, en las que no hay ninguna anécdota pero en las que sí hay significados digamos emocionales”.

También el mexicano Pablo López desea transmitir una idea, pero lo hace de forma diferente. En su proyecto Terrazos muestra fotografías de gran formato de la Ciudad de México vista desde el aire, de Xiapas y de las carreteras que unen ambos mundos.

“Son unas imágenes muy potentes en ese plan de presentar montañas cubiertas de casas. No se ve presencia humana a pesar de estar cubierto de casas y, en cambio, en las fotos de naturaleza, que son las que representa Xiapas, lo vemos lleno de gente. Gente más joven y que se está bañando o está tomando el sol. Esto muy humano, o sea la selva es muy humana, y esto es muy inhumano”.

Y volviendo a la fotografía como prueba de la experiencia vivida, la exposición recoge el proyecto del colombiano Mateo López, Diario de motocicleta 2007, donde se ilustra un viaje de varios días por Colombia.

“Sale con la moto y recorre un viaje en el que continuamente va parando, va tomando notas, va haciendo escrituras, dibujos, (él es un dibujante maravilloso y le gusta trabajar con dibujos). Hace como un diario de viaje”, explicó Martínez.

El quinto proyecto, Paisagens Cambiantes, del brasileño Odires Mlászho, consiste en el tratamiento de fotografías con diversas técnicas para conseguir el efecto de un grabado.

De viaje estará expuesta en el Instituto Cervantes de Praga hasta el 20 de marzo.

Autor: Carlos Ferrer
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