Exposición "Las Alas de la Gloria" ilustra la riqueza de las relaciones artísticas entre el Reino de Bohemia y Francia

Si les gusta la pintura checa y la francesa y quieren saber más sobre la inspiración que los pintores checos de las postrimerías del siglo pasado buscaron en Francia, Radio Praga les invita a visitar imaginariamente la Galería Rudolfinum de Praga. Ésta es la anfitriona de la exposición "Las Alas de la Gloria" que ilustra la riqueza de las relaciones artísticas entre los territorios de la Corona Checa y Francia.

A principios del siglo pasado fue Italia "la tierra prometida" de pintores de toda Europa, seguida en la década de los años cuarenta por Bélgica, y desde mediados del siglo XIX hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial París se convirtió en "La Meca" artística.

El primer pintor checo en instalarse en París, en 1850, fue Jaroslav Cermák, autor de naturalezas muertas y cuadros románticos que glorifican el pasado heroico de la nación checa. Después de Cermák, se dejaron inspirar por la rica vida artística de la "Ciudad del Sena" las siguientes generaciones de artistas checos. Entre los que destaca la escultora Zdena Braunerová, el cubista Frantisek Kupka y el modernista Alfons Mucha.

El principal representante del encuentro de las dos culturas, o sea la checa y la francesa, fue Vojtìch Hynais, nacido en 1854, y artista que contribuyó decisivamente a la decoración del Teatro Nacional de Praga, pintando su telón y el ciclo de frescos "Las Cuatro Estaciones".

A través de Hynais los artistas checos se mantuvieron informados sobre las nuevas corrientes del arte en Francia. Cuando sus compatriotas llegaban a París en busca de inspiración, Hynais siempre estaba dispuesto a ayudarles a instalarse y a conseguir encargos.

Las obras de Hynais y de muchos otros artistas checos que crearon en París, están ahora expuestas en la capitalina Galería Rudolfinum. La exposición es el resultado de dos años de duro trabajo de un equipo de historiadores del arte, encabezado por la organizadora de evento Marie Mzyková.

La senora Mzyková senala que además de museos franceses que poseen un gran número de cuadros de pintores checos, encontraron un par de joyas pictóricas también en los Estados Unidos. Allí descubrieron, por ejemplo, el cuadro "La Plaza de la Concorde", del pintor checo Viktor Barvitius, que la Galería Nacional de Praga buscaba desde hacía varios años.

Pero ¿Qué rasgo o aspecto de la pintura francesa atrajo tanto a los pintores checos que decidieran instalarse en París? En primer lugar fue la pintura clásica de académicos franceses en la que apreciaban sobre todo su maestría, precisión y convincente fuerza visual. Posteriormente hallaron una fuente inagotable de inspiración en el impresionismo y el cubismo.

El interés de los pintores checos por el arte francés culminó en la década de los años setenta del siglo pasado, en relación con la celebración en París de la Exposición Universal y la construcción de la Torre Eiffel, considerada entonces como un triunfo de la técnica. Y la generación joven de artistas checos se vio extraordinariamente influida por la traducción al checo de la poesía moderna francesa en 1877.

Cabe agregar que la exposición "Las Alas de la Gloria", celebrada en el marco del proyecto "Praga - Ciudad Europea de la Cultura 2000" estará abierta hasta el 14 de enero del año próximo; y ello todos los días, excepto los lunes.