Emil Kolben - inventor y propietario de la legendaria fábrica
Locomotoras, motores para aviones, aparatos para estomatología y mucho más se produjo, en el período de entreguerras, en la fábrica del legendario empresario e inventor checo de origen judío, Emil Kolben. Pero fueron sus máquinas para las plantas hidroeléctricas y de vapor las que consiguieron sobrepasar con su fama las fronteras checoslovacas.
El éxito empresarial y científico de Emil Kolben fue espectacular. Gracias a su imperio electrotécnico y de maquinaria, se hizo famoso Vysocany, un pequeno pueblo agrario en las cercanías de Praga, donde el empresario checo instaló a principios de este siglo su fábrica, convirtiendo el lugar en un moderno centro industrial.
La vida de Emil Kolben recuerda un cuento de hadas en el que un hombre pobre pero honesto logra hacerse con una fortuna gracias a su laboriosidad y perseverancia. Nació en 1862 en el seno de la numerosa familia de un pobre tejedor. Desde sus quince años tuvo que mantenerse solo, ya que sus padres no ganaron lo suficiente para poder atender a sus diez hijos.
Pese a la escasez de recursos, Kolben se graduó en la Escuela Superior de Maquinaria y Tecnología de Praga. Pudo estudiar gracias a una beca que se otorgaba a los mejores estudiantes universitarios, que además le posibilitó emprender varios viajes por Europa. El jóven ingeniero visitó París, Zurich y Londres en busca de novedades técnicas.
En 1888 abandonó Europa para probar suerte en Estados Unidos. Allí conoció a Nikola Tesla, considerado, a sus 32 años, como inventor genial. Sus descubrimientos fueron aprovechados por la empresa Westinghouse. Fue Nikola Tesla, quien introdujo al jóven ingeniero Emil Kolben en los círculos técnicos del Nuevo Mundo.
Y fue el laboratorio de Tesla donde Kolben tuvo la posibilidad de probar por primera vez su gran invento que posteriormente sentara los cimientos de su riqueza: el motor de dos tiempos para corriente alterna.
En 1888 Emil Kolben encontró trabajo en la companía de Thomas Alva Edison. El ilustre físico e inventor norteamericano pronto se dio cuenta del gran talento del joven ingeniero checo, encargándole la dirección de las investigaciones de su empresa Edison General Electric.
A pesar de la prometedora carrera que le esperaba en Estados Unidos tras ser nombrado ingeniero principal de la companía de Edison, Kolben empezó a echar de menos su tierra natal donde se encontraba su familia. En 1892 regresó al Viejo Continente y cuatro años más tarde fundó en Vysocany la empresa "Kolben y companía" que fabricaba máquinas eléctricas para corriente alterna.
Los principios del posterior imperio eléctrico y de maquinaria de Kolben fueron muy modestos, sus instalaciones se encontraban en una choza de madera con una pequena oficina de administración. Poco a poco iba creciendo el número de trabajadores, el surtido de la producción y el número de países a los que exportaba sus productos.
Emil Kolben fue uno de los primeros industriales checos en introducir nuevos métodos laborales que contribuyeron a aumentar decisivamente la productividad de trabajo y que lograron liberar a sus empleados del extenuante trabajo físico.
El mayor auge y período de expansión lo vivió la fábrica de Kolben tras la Primera Guerra Mundial. En 1921 se fusionó con la importante Fábrica de Máquinas Checo-morava y un año más tarde firmó un acuerdo de cooperación con la empresa norteamericana Westinghouse Electric. Dicho acuerdo le posibilitó aumentar significativamente las exportaciones.
Como patriota fervoroso, Kolben se esforzó por aportar su granito de arena a la edificación del recién surgido Estado independiente de checos y eslovacos. Con sus máquinas contribuyó decisivamente en la electrificación de la Checoslovaquia de Entreguerras. Como ejemplo sirven el suministro de vagones diesel para los Ferrocarriles Checos o equipos completos para la mayoría de centrales hidroeléctricas construidas en el territorio nacional.
Al fusionarse con la empresa Breitffeld-Danek, en 1927, apareció en la esfera empresarial checoslovaca un gigante electrotécnico y de maquinaria, vinculado a varios grandes bancos checoslovacos; el mismo no tenía paralelo por aquél entonces, empleando a más de 14 mil personas, Emil Kolben fungió como director general.
En 1937 Kolben cumplió 75 años. Fue un hombre con mucho prestigio por sus éxitos empresariales y la introducción de novedades técnicas que no vaciló en aplicar en su fábrica. Fue apreciado también por su integridad, gentileza y gran sentido de la justicia.
Dos años más tarde, en 1939, cruzaron el suelo checoslovaco las tropas hitlerianas, desatando la histeria antijudía. Kolben fue detenido por la Gestapo y con la estrella de David en la solapa fue deportado al campo de concentración de Terezín. Allí falleció en julio de 1943, a los 81 años de edad.