El artista Zdenek Miler

En la reciente Escuela de Verano de Cine, que tuvo lugar en la ciudad morava de Uherské Hradiste, fue presentada en un programa especial la obra del director de cine, autor de dibujos animados e ilustrador de libros checo, Zdenek Miler. El programa, concebido en forma de una revista retrospectiva de su obra, fue preparado con motivo del 80 cumpleanos que Zdenek Miler celebró este año.

Hay personas para las que su profesión es una afición. Ese es el caso del artista checo Zdenek Miler, adorado especialmente por los ninos. Los protagonistas de sus libros y películas son los mejores amigos de la mayoría de los ninos checos. Y a su topo animado y sus amigos: el ratoncito, el conejito, la ranita y el erizo, los conocen también ninos de otros países. Estos personajes animados fueron los que mayor fama le trajeron a Zdenek Miler.

El artista nació el 21 de febrero de 1921 en la ciudad minera de Kladno, situada a unos 30 kilómetros de Praga, en la familia de un empleado público. El que empezara a dibujar se debe en parte a su talento artístico, en parte también a sus padres y, especialmente a su abuela, que desde pequeno le rodearon de carino, influyendo significativamente en el desarrollo del carácter sensible de Miler.

Un gran impulso de motivación para que el nino Zdenek comenzara a especializarse en el dibujo, fue cuando una vez en la escuela primaria, el maestro les dio a los alumnos la tarea de dibujar un legendario monte checo. Al ver el diseño de Zdenek Miler, el maestro se dio vuelta y abandonó el aula. El nino se asustó, pensaba que al maestro le disgustó su dibujo. De pronto se abrió la puerta y el maestro entró al aula acompanado de otros cinco colegas. Se acercaron a Zdenek Miler y ... comenzaron a elogiar el dibujo realizado por él.

Desde entonces, Miler fue desarrollando su talento y dibujaba casi sin parar. Continuó sus estudios en una escuela de orientación artística, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial le impidió concluirlos. Por suerte para sus futuros admiradores, el destino lo condujo a la ciudad morava de Zlín donde en aquel entonces se construía un estudio cinematográfico para la realización de dibujos animados.

Después de la guerra Zdenek Miler se trasladó a Praga pensando abandonar el trabajo en los estudios cinematográficos. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no podía vivir sin los dibujos animados y sin las ilustraciones de libros para ninos. Se dio cuenta también de que trabajar para los pequenos era lo mejor que le podía haber deparado la vida.

La aparición, en el año 1957, de la primera película sobre su famoso topo, titulada "El topo y los pantalones" se debe a un encargo que le fuera hecho a Miler de realizar una película que acercara a los ninos la fabricación del lienzo. El tema le pareció al artista muy aburrido, por lo que trató de inventar cómo hacerlo atractivo para los ninos. Cierto día, paseándose por un parque en Praga, Zdenek Miler se encontró de pronto unas toperas. Y éstas le dieron una magnífica idea....

La primera película de dibujos animados sobre el pequeno topo cuenta sobre cómo éste se consigue unos pantalones, mostrando de manera divertida todo el proceso de fabricación de los mismos. El éxito de la película fue enorme, por lo que le siguieron otras y otras más, convirtiéndose el pequeno topo en el mejor amigo de los ninos checos, por varias generaciones.

En varias ocasiones Zdenek Miler confesó que el mayor reconocimiento a su obra es para él la alegría de los ninos. "El amor es lo único que un ser humano puede siempre brindarle a su prójimo", afirma el artista. Anade que especialmente los ninos necesitan mucho amor y carino porque estos sentimientos van formando su futuro carácter.

El topo de Miler es alegre y nunca se comporta mal. No habla, pero se ríe o se asombra, emitiendo gritos de exclamación. El artista considera que eso permite desarrollar mejor la fantasía de los pequenos. Y a pesar de sus 80 años de edad, el artista checo Zdenek Miler tiene todavía muchos planes laborales, todos vinculados estrechamente con los ninos. Al hablar de ellos, el artista irradia tanto entusiasmo y energía, que muchos jóvenes podrían llegar a envidiarle.