Alarma ante los tiburones de préstamo en la República Checa

Los llamados tiburones de préstamo acechan en la República Checa. Diferentes asociaciones advierten que debido a estas entidades de crédito no bancarias el número de embargos a la propiedad se duplicó en 2008. Al parecer muchos contratos esconden cláusulas destinadas a desvalijar al prestatario.

Se les conoce internacionalmente como tiburones de préstamo y en la República Checa los consumidores se encuentran prácticamente indefensos ante ellos. No son bancos, pero otorgan créditos al consumo, dinero rápido y fácil para gastar. Sin embargo, los contratos esconden a menudo condiciones draconianas. En algunos casos, cualquier retraso en el pago puede convertir un préstamo de 1.200 euros en una deuda de 5.000.

Las asociaciones ciudadanas advierten que crece el número de entidades de crédito que tienen como objetivo apoderarse de las propiedades del prestatario. En la República Checa, sin embargo, basta con cambiar el título al préstamo y darle un objetivo determinado, por ejemplo construir una casa, para que ya no sea considerado oficialmente crédito al consumo y se salga de la jurisdicción de la Inspección Comercial Checa. De esta manera, las autoridades tienen las manos atadas.

De momento la mayor victoria contra este tipo de préstamos se la ha apuntado la Asociación de Defensa de los Consumidores, al ganar en los tribunales a la compañía Finpomoc.cz. El juez consideró que los contratos de crédito de la compañía eran inapropiados, al contener cláusulas difíciles de detectar para alguien que no sea experto en derecho. Nos lo explica el abogado de la Asociación Jiří Žůrek.

“Concretamente, en el contrato encontramos una cláusula de arbitraje en caso de conflicto y otra de ingresos ilimitados desde la cuenta del cliente. Consideramos que el consumidor promedio, aunque se leyera el contrato, no se daría cuenta y caería en la trampa”.

Por otro lado, el Ministerio de Finanzas está colaborando con el de Industria para realizar una legislación más estricta sobre las entidades de crédito no bancarias. El Gobierno intentará evitar, por ejemplo, que se puedan embargar incluso las ayudas sociales que reciben los deudores.